La cita fue en el Bulevar de Gran Capitán a las 12.30 horas. Las representes de las academias de baile llegaron minutos antes y, tras calentar las voces, las palmas y las panderetas, comenzaron el recorrido del Pasacalles de las Cruces de Mayo. El bulevar peatonal del centro de Córdoba se vio entonces inundado por una manifestación de aficionados a los bailes flamencos, en su mayoría mujeres y niñas. El color de sus vestidos de gitana y el calor de sus voces consiguió atraer la atención de los viandantes y turistas, que disparaban sus cámaras fotográficas e inmortalizaban el jolgorio en sus vídeos.

Durante el recorrido por la calle Gondomar, los asistentes cantaron y bailaron al ritmo de los temas más típicos como el Mírala cara a cara o Me casé con un enano , acompañados por el sonido de las palmas, las panderetas, las castañuelas y tamboriles. Las más pequeñas disfrutaban con el vuelo de sus vestidos de colores ante la mirada entusiasmada de sus familiares. Alrededor de la una de la tarde, la comitiva llegó a la Plaza de las Tendillas y se reunió en torno a la cruz que ha dispuesto el Ayuntamiento de Córdoba.

La alegría, el color y el sonido del Mayo Festivo cordobés ocuparon el enclave más céntrico de la ciudad durante el baile colectivo de las academias, de tal forma que el rasgueo de guitarra de Juan Serrano del popular reloj apenas se intuyó ante el sonido de la fiesta.