Mientras que la mayoría de los cordobeses están entregados a organizar una fiesta o una cena especial --los más tranquilos-- para despedir el 2005 y darle la bienvenida al nuevo año, otros añoran a sus familiares y amigos con los que no van a poder compartir estos días, propios para reunirse y pasar un buen rato en compañía.

En este último grupo están los militares de Cerro Muriano destacados en Kosovo en misión humanitaria, que además de hacerle frente al intenso frío tienen que pasar estas fechas lejos de su casa y de los suyos. Este es el caso de Nuria García y el cabo David Márquez; del sargento primero Antonio Jurado y de Justi, su mujer, y de María Rubio y el también cabo Miguel Piedrahita, padres de dos pequeños, y de muchos otros que comparten una separación de miles de kilómetros.

Es la primera vez que estos tres militares están en una misión en navidades fuera de España y echan de menos a sus familias, pero se consuelan "con nuestra otra familia, nuestros compañeros" del Ejército.

Aunque pertenecen a distintas unidades en Cerro Muriano, en Kosovo están encuadrados en la misma compañía, que tiene el nombre de Kuserv.

Nuria, la novia de David, con el que lleva saliendo tres años, comenta que "es un poco duro de llevar, pero estoy muy contenta y orgullosa de que esté haciendo su labor allí, en Kosovo, porque sé que es algo necesario". Esta joven, vecina de Los Algarbes (un departamento de La Carlota), coincide con los padres de David, quienes destacan que su hijo "está haciendo lo que le gusta", aunque mirarán hacia su sitio vacío esta noche en la mesa cuando se reúnan con sus hermanas para cenar.

Nadie se queja de las comunicaciones. Nuria y David hablan a diario, "ya sea por teléfono o por internet". La base cuenta con una sala "excelente", apunta el cabo, que tiene labores de oficinista y operador.

La chica dice que aún no tiene pensado lo que harán cuando se vean y supone que "será pasar todo el día con él, hablando y contándome todo lo que ha vivido allí. No sé, ir a cenar, salir con los amigos; cosas normales para cualquier persona, pero significativas para nosotros porque no las hemos podido hacer juntos en estos seis meses".

Miguel Piedrahita, especialista que desempeña funciones de mecánico de armas, señala que a quienes más echa en falta es "a la mujer y los hijos, más concretamente al pequeño, de seis meses, aunque se hace más ameno al estar entre buenos amigos". Recuerda la accidentada visita del ministro Bono, con el avión que se salió de la pista. La gira del titular de Defensa fue "muy interesante, vino a felicitarnos las fiestas, visitó la base e inauguró una plaza en honor a Cervantes". El día lo remataron "disfrutando de una comida todos juntos, como una gran familia".

Las bajas temperaturas "se combaten bien gracias al material del que disponemos, tanto la ropa preparada para el frío, como las instalaciones, que tienen una buena calefacción".

Miguel y María tienen dos hijos, "y la niña, de cuatro años, le echa mucho de menos. Todos los días pensamos en él". A la ausencia "parece que te acostumbras, pero al principio lo pasas mal", aunque sabe que "está bien y ha venido dos veces desde que se fue". También se han visto por la cámara web y se consuela pensando en que "sólo le quedan unos meses".

En algunas ocasiones ha coincidido con las mujeres de otros militares cordobeses, "en fiestas en el cuartel o bodas".