La primera consecuencia del varapalo electoral de Izquierda Unida en Córdoba es el anuncio de Luis Carlos Rejón de abandonar la política al no renovar su escaño en el Congreso y quedarse "en la base, como Julio Anguita". El candidato se despidió aconsejando a la coalición que abra un periodo de "debate abierto" similar al del año 1982 y reiteró que "yo sabía lo que iba a pasar antes del atentado de Madrid". Además, destacó que "estamos acostumbrados a perder y debemos afrontar las cosas con tranquilidad".

Rejón dijo que "me alegro de que el PP haya perdido la mayoría absoluta" y lamentó que "lo hayamos pagado nosotros". Aunque no quiso entrar a valorar la campaña, hizo un ejercicio de autocrítica al afirmar que "no hemos sabido atender el voto útil". Según apuntó, los votos se han polarizado y "un sector de nuestros votantes ha dicho que IU se lo merece en Andalucía, pero en Madrid ha dicho que quieren quitar de enmedio a José María Aznar". Después de 22 años en cargos electos, Rejón anunció que se incorporará el día 22 a dar clases de Historia.

Por su parte, José Manuel Mariscal, único representante cordobés de Izquierda Unida en el Parlamento andaluz, reclamó al PSOE que "no haga uso del rodillo y ofrezca diálogo", ya que las mayorías absolutas generan "arrogancia y desprecio hacia la oposición".