El Gobierno español rechazó ayer el envío desde Israel de un equipo de tres médicos forenses procedentes del prestigioso Instituto Greenberg, que se encarga del reconocimiento de los cadáveres desfigurados cuando se producen atentados suicidas. El pasado jueves, en medio del desastre, forenses españoles hicieron llegar al Instituto Greenberg su solicitud de ayuda, habida cuenta de su amplio historial y experiencia durante la segunda Intifada.

Yehuda Hiss, director del instituto, señaló al diario Jerusalem Post que el ministro de Sanidad, Dan Naveh, de quien depende el centro, había dado su visto bueno para el envío de tres expertos. El grupo de especialistas estaría encabezado por el prestigioso doctor Ricardo Nachban, de origen argentino. En declaraciones a este diario, Hiss aseguró que su cometido principal sería ayudar en la identificación de los cadáveres.

Ayer a mediodía, sin embargo, la situación cambió, para asombro del director del instituto. Hiss reconoció que, a través del Ministerio de Exteriores israelí, había recibido un mensaje en que el Gobierno español agradecía su colaboración, pero rechazaba el envío de su equipo por considerar que los médicos españoles podían afrontar la identificación en solitario. Hiss deseó suerte al equipo español y recordó que sus forenses siguen preparados para volar.

Por otra parte, psiquiatras y psicólogos consultados por este diario coinciden en que la onda expansiva del 11-M sigue penetrando en la mente de millones de ciudadanos y, de momento, ha puesto en marcha un sentimiento general de miedo e inseguridad ante el futuro. "Si se confirma que el atentado es obra de Al Qaeda, esa inseguridad crecerá porque nos enfrentará a un tipo de terrorismo que no conocemos", afirma el psiquiatra Lluís Isern, miembro de los servicios de salud mental del Instituto Catalán de la Salud.

NEGAR LA REALIDAD "Esto nos ha afectado a todos y estaríamos locos si no fuera así, porque significaría que negamos la realidad --añade Isern--. Es importante que la gente exprese el miedo, la indignación y la necesidad colectiva de responder a lo que ha pasado". Salvo en algún colectivo militar, en España no hay médicos o psicólogos especializados en atender a víctimas de catástrofes.

SIN VIOLENCIA También coinciden en la importancia de que no se incite a los ciudadanos a responder con violencia. "El mensaje del presidente del Gobierno, arrogante y desconsiderado, sólo añade leña al fuego --opina Isern--. Lo más saludable es lograr que los ciudadanos renuncien a responder con violencia y mantengan la serenidad".

Los psiquiatras muestran su preocupación porque el 11-M, como ocurrió con el 11-S, empeore la situación de los inmigrantes islámicos en España.