La Universidad de Córdoba inauguró ayer el curso académico 2003-2004 con el anuncio, por parte del secretario general de Universidades, Francisco Gracia, de que "por fin tendrá unos estatutos definitivos", ya que la Consejería de Educación los ha informado favorablemente y el consejo de Gobierno de la Junta los aprobará la próxima semana. Con este anuncio, que el rector acogió "con satisfacción y orgullo, que estoy seguro es también el de la mayoría de los universitarios cordobeses, por contar en estos momentos con un texto que ha superado muchas de nuestras expectativas", se abrió un nuevo curso universitario con el tradicional y solemne acto, en el campus universitario de Rabanales, que concitó a las primeras autoridades de la ciudad, a las que se sumó por primera vez el nuevo obispo, Juan José Asenjo, así como a representantes de la vida social, económica y universitaria cordobesa. Menos asistencia que otros años sí se puedo observar, lo mismo que la ausencia de tres ex rectores, que dejaron solos a Amador Jover y Francisco Castejón. La sesión solemne contó como invitados académicos con los rectores de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y Rey Juan Carlos, de Madrid, así como con el director general de Educación de Nicaragua.

DISCURSO AGRIDULCE

El discurso del rector, Eugenio Domínguez, propinó una de cal y otra de arena a las instituciones y fuerzas políticas, a las que en ocasiones elogió por su apoyo a la Universidad, especialmente a la alcaldesa Rosa Aguilar, y en otras pidió mayor respaldo para que "la enseñanza pública siga siendo el referente de la educación". Este respaldo lo pidió igualmente para el desarrollo del parque tecnológico Rabanales 21. Especialmente crítico fue al reconocer que "se van creando más universidades, para crear riqueza y poder político, religioso y producir más titulados, algunos a veces sin la preparación adecuada". Y concluyó esta reflexión espetando que "la Universidad, que debería ser un lugar de selección de inteligencia y capacidad, puede terminar por convertirse en una vulgar desventura".

La primera autoridad académica cordobesa volvió a insistir en su discurso en las dificultades económicas que atraviesa el campus, en parte solventadas con el convenio firmado entre las universidades públicas andaluzas y las consejerías de Economía y Educación. Por ello, la implantación de las tres nuevas titulaciones aprobadas por la Junta se tendrá que ir realizando "de forma progresiva durante los próximos tres años". En cuanto al nuevo título propio de Piloto de Aviación Comercial, reconoció que "como todo lo novedoso en Córdoba nos está demandando un gran esfuerzo y la resolución de muchas dificultades que nunca imaginamos al empezar".