El alzheimer, la demencia degenerativa más frecuente que afecta a la corteza del cerebro por causas aún desconocidas, es por el momento, una enfermedad incurable con tratamiento caro (2.404 euros mensuales por paciente) que pide a voz en grito la total implicación de las administraciones.

Al corriente de estas dificultades, y puesto en camino, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha incluido la demencia bajo la consideración de frecuente y con una alta demanda (técnicamente, en los "procesos asistenciales integrados"). Estudia implantar entre el 2005 y el 2006 una forma de atención integral a los enfermos: desde que se sospecha en el hogar hasta que se acude al médico de cabecera y los especialistas, pasando por las enfermeras de enlace que medien entre los centros sanitarios y las casas.

Para darle forma, cada provincia --y Córdoba en el Reina Sofía-- dispone de un equipo multidisciplinar que está analizando los recursos actuales y eleva una serie de valoraciones para ir a más.

CREAR MAS ESPECIALIDADES

Quien así se expresó ayer fue Juan José Ochoa, jefe del Servicio de Neurología del hospital Reina Sofía. Este interés creciente por abordar el reto entronca, además, según este experto, con la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias que impulsa el Gobierno central para dividir la especialidad de neurología en áreas más específicas, que incidirá en un mejor tratamiento del alzheimer. Los cuidadores (que suelen ser los familiares de los afectados) no dejan de clamar a las administraciones una mayor implicación.

Hacen falta más recursos para mejorar y agilizar el diagnóstico (que ronda los 1.800 euros en cada caso) y la atención integral. Hoy, 21 de septiembre, Día Internacional del alzheimer, los colectivos interesados reivindican que se invierta para no perder la memoria, algo que recuerda el doctor Ochoa. Invertir en memoria sería igual a conjugar a la perfección el trabajo de los médicos de cabecera, los neurólogos, enfermeros y cuidadores.

La buena gestión llevaría a un abaratamiento de esos elevados gastos. Tomar los fármacos desde el principio, algo que frena el empeoramiento de la enfermedad, y disponer de equipos específicos preparados en exclusiva para abordar el problema en toda su complejidad también conducirían a ahorrar dinero.