El dolor y la rabia se apoderó ayer de todo un pueblo: Fernán Núñez. Poco antes de la hora del funeral de los dos jóvenes fallecidos el jueves en accidente de tráfico todos los establecimientos de la localidad habían cerrado sus puertas en señal de luto.

La mayoría de los habitantes de Fernán Núñez quiso acompañar a José Manuel Ortega Zamorano y Antonio Jesús Ureña León en su último viaje. Antes de la hora del funeral la iglesia y los alrededores de la parroquia de Santa Marina de Aguas Santas estaban abarrotados por una multitud silenciosa de más de 3.000 personas, según los primeros cálculos de la Policía Local.

Muchas personas tuvieron que salir del interior del templo por el tremendo agobio que producía la inmensa concentración de personas y abarrotaron de esta forma las calles de alrededor.

IMPOTENCIA

A la salida de los féretros el único ruido que se escuchaba en Fernán Núñez lo producía el doblar de las campanas de la iglesia. La marcha se desarrollaba ente la indignación y la impotencia, mientras la comitiva se extendía desde el cementerio municipal hasta las mismas puertas de la parroquia de Fernán Núñez, que distan cerca de un kilómetro.

El Ayuntamiento ha decretado tres días de luto oficial por la muerte de estos dos jóvenes vecinos y la suspensión de las actividades previstas durante la Semana Joven de Fernán Núñez, que tendría que haber comenzado ayer.

La conmoción de los habitantes daba paso a la rabia e incluso al miedo. Son muchos los que diariamente circulan por esta carretera que se está convirtiendo en maldita. Por muchos accidentes que ocurran y por muchos vecinos que los sufran, Fernán Núñez nunca se va a acostumbrar a las despedidas multitudinarias ni a tener que escuchar el llanto de unas familias destrozadas.