Los encuentros y desencuentros entre Fernando Castro Santos y José María Caneda, presidente del Compostela, fueron tan frecuentes cuando ambos compartían la fantasía realizada de entrar con el modesto club gallego en la Liga de las Estrellas que del reencuentro el próximo domingo en el Multiusos San Lázaro pueden saltar filias o fobias en la misma proporción. El caso es que Castro Santos, que era destituido por la mañana y ratificado tras la sobremesa, va a debutar como técnico en casa . Y allí, aunque el polémico Caneda es de un material incombustible, puede que Castro disponga de más adeptos.

Caneda-Castro Santos es una asociación de lo mismo, la imagen de un Compostela en jubileo deportivo. En cinco años, la extraña pareja entre presidente y entrenador llevó al Compostela de Tercera a Primera División. Caneda se siente a gusto en su perfil de hombre vehemente, impulsivo, de un carácter brutal que siempre colisionó de frente con el de Castro Santos. No reniega de esos instintos maleducados. Los enfrentamientos con el de Poio (Pontevedra) siempre fueron más numerosos que las celebraciones a pesar de los tres ascensos compartidos.

"Hasta el mejor entrenador del mundo tendría problemas conmigo", dijo Caneda de sus desavenencias con Castro Santos. "El presidente tiene una personalidad muy fuerte, y yo también. Es normal que haya choques (...). La verdad es que parecemos un matrimonio un poco raro", respondió el entrenador. Castro es especialista en cohabitar con dificultades. Desde su debut en Pontevedra como entrenador en 1982 hasta que el pasado 9 de abril fue destituido en el Sporting de Braga tras caer por la mínima ante el Marítimo.

Sereno y pausado, Castro Santos ha sido un innovador. A pesar de que el Compostela guardaba el aspecto de un equipo de la Liga de empresas, su metodología era sofisticada. A comienzos de los noventa confeccionó un programa informático que le permitía disponer de todos los datos de sus jugadores durante los partidos. La Nasa en los Puga.

Y es que al nuevo entrenador del Córdoba CF le gusta solventar situaciones por la vía rápida. Al Compostela le llevó de la nada a abrirle las puertas del Multiusos San Lázaro al Real Madrid en partido oficial de salto en salto. Al Polideportivo Ejido, la pasada campaña, lo rescató del corredor de la muerte para mantenerlo en Segunda División A en una segunda vuelta de calendario de ascenso. Ahora tiene tres semanas para que el salvavidas que le han lanzado al Córdoba CF también flote. Más difícil era convivir con Caneda, al que el próximo domingo tiene que volver a someter al enésimo disgusto. Y en Compostela.