La Universidad de Córdoba se enfrenta a una profunda transformación en su organización y funcionamiento con la aprobación de unos nuevos estatutos, adaptados a la Ley Orgánica de Universidades (LOU), que sustituirán a los vigentes desde 1985. La comisión de Estatutos, integrada por 25 representantes de los distintos sectores de la comunidad universitaria, presentó el 28 de enero, tras un mes de trabajo, el proyecto de dicha normativa, que ahora está sometido al proceso de presentación de enmiendas por parte de los claustrales, cuyo plazo finaliza el 19 de febrero.

No ha sido fácil el consenso, que al final se ha logrado, pero distintas fuentes consultadas auguran un fuerte número de enmiendas, cercano al centenar, para modificar algunos de los puntos más conflictivos. El vicerrector de Desarrollo Normativo, Pedro Gómez Caballero, que ha recorrido todos los centros universitarios explicando el proyecto, reconoció que los puntos más conflictivos pueden venir de los departamentos, de la adscripción del profesorado o de los porcentajes de representación, "aunque no hay un rechazo de plano al proyecto". Poca audiencia ha tenido Gómez Caballero en su explicación de los estatutos y menos de los estudiantes, enfrascados estos días en el proceso de exámenes.

El documento consta de 307 artículos, 40 menos que los anteriores estatutos, y destaca sobre todo por la extensión del modelo de sufragio universal para la elección de los distintos órganos de gobierno unipersonales, el aumento de la participación de la comunidad universitaria en las tomas de decisión y la dotación de los medios necesarios para la evaluación constante de la docencia, la investigación y la gestión económica con tres comisiones.

Si la LRU ya cambió la estructura universitaria, diferenciando claramente entre los centros y los departamentos, los nuevos estatutos definen mejor el modelo, con la regulación de la adscripción del profesorado y del PAS. De la estructura organizativa de las enseñanzas se encarga el centro, o sea, depende del decano, mientras que el plan de docencia es competencia de los departamentos. Así, un profesor queda adscrito al centro donde tenga mayor número de horas de docencia. Igualmente, el PAS adscrito a una facultad o escuela será el destinado en el mismo, y no el personal destinado en los departamentos y en los servicios universitarios.

El decano, que antes era elegido por la junta de facultad, ahora se someterá al sufragio universal de todos los sectores que integran el centro: personal docente e investigador, PAS y alumnos, de forma que el que resulte elegido contará con más respaldo para gobernar, y se le incrementa el mandato en un año más. También se elegirán por sufragio universal los directores de departamento y los representantes en el Claustro, en los consejos de departamento y juntas de centro.