El arenal de Nemiña, en la localidad de Muxía, a 92 kilómetros de La Coruña, es una de las 183 playas de la Costa de la Muerte heridas por el fuel del Prestige . El vertido ha penetrado en sus entrañas mezclándose con la arena. El trabajo que espera a los voluntarios es duro. Pero tras haber recorrido más de mil kilómetros desde su lugar de origen, no están dispuestos a caer en el desánimo.

Varios camiones del Ejército los han dejado cerca de la playa. Son más de un centenar y todos van provistos del equipo obligatorio para enfrentarse al vertido; mascarilla, guantes, botas y monos de agua. El grupo más numeroso ha escrito sobre la tela blanca de sus trajes el nombre de la ciudad de donde vienen: Córdoba.

La mayoría son estudiantes de Ciencias de la UCO y forman parte de la expedición de 78 voluntarios que partió a Galicia aprovechando el puente.

Durante estos días están alojados en el polideportivo de Muxía, donde el Ejército ha dispuesto mantas y colchonetas. Tienen previsto regresar mañana martes.

Mano a mano con diecinueve voluntarios de Zaragoza y otros tantos procedentes de León, los cordobeses trabajaron todo el día de ayer en la playa de Nemiña. De rodillas, escarbando en busca de las placas de fuel y arena, la extracción requiere un gran esfuerzo. El esfuerzo de varias decenas de jóvenes cordobeses que se une estos días al de los hombres y mujeres de la Costa de la Muerte, y al de miles de personas llegadas de toda España. Una ola de solidaridad con la denominación de origen escrita en el traje de cada voluntario.