Afortunadamente ponemos fin a un año realmente nefasto para todos. Muchos argumentos justifican esta afirmación, economía, sanidad, política, etc. Pero le ponemos fin con la esperanza de un 2022 mejor que este en todos los aspectos, aunque el final del actual que está siendo desastroso, no aventura esa mejoría. Y lo peor que hemos tenido en este es un gobierno incapaz de enterarse «de qué va todo», que no sabe ni dar un palo al agua y que solo se dedica a pensar en el voto de los ciudadanos, pero no en ellos.

El que esto os escribe sufrió las consecuencias de este aciago año, con un internamiento en hospital de cuatro meses, dos de ellos en UCI, de los cuales uno en coma inducido. Gracias a Dios y al buen hacer de los profesionales del Hospital Ramón y Cajal, lo puedo contar.

Es por ello que, como una mayoría de españoles, deseo que termine este fatídico año y, sobre todo, que el señor Sánchez se dé ya por satisfecho con el «jueguecito» de gobernar que tanta ilusión le hace y tanto daño está haciendo a este país.

Ahora que finaliza, todos solemos hacer buenos propósitos para el nuevo; yo le pido, en nombre de los españoles, al señor presidente del Gobierno, el buen propósito de atendernos, mirar un poco por nosotros, terminar con ese gobierno de la señorita Pepis y convocar elecciones. Yo creo que ya se ha entretenido suficiente jugando a gobernar, a vivir en un palacio, a desplazarse a sus hobbies en avión privado, a tener cientos de personas a su alrededor, para su protección, asesoramiento, adulación, etc., y deje que gobierne alguien que sepa y tenga una conducta ética y cabal. Ya tiene su buena pensión de por vida y también protección oficial.