El jueves 15 de abril de mañana ingresa en la Cruz Roja mi suegra, abuela de mis hijos y bisabuela de mis nietos, con 90 años, por un episodio de tensión arterial y fiebre, pero en la analítica aparece que ha cogido el virus estando ya vacunada desde el 2 de abril con segunda dosis. A mediodía llaman para rastrear el contagio, se le suministra un listado con los nombres y teléfonos de las 7 personas de contacto reciente, cuidadoras y familia, que a su vez tienen familia, relaciones y trabajos donde pueden contagiar, por lo que tienen que confinarse a la espera de las pruebas de antígenos o pcr pertinentes.

Hoy 21 de abril, miércoles, todavía no han llamado a nadie para realizar dichas pruebas, con las consecuencias de 6 días de incertidumbre y sufrimiento, que ha llevado a que una hija y cuidadora con 3 hijos y marido haya tenido que pagar 120€ para una PCR para asegurarse de que era negativa y tranquilizar sus nervios y conciencia. Otras dos hijas han acudido a urgencias reclamando la prueba argumentando síntomas y son negativas, y otra hija, un yerno y la cuidadora principal llevan 6 días con hoy sin ir a trabajar y confinados a la espera de la llamada del rastreo.

Esta lamentable historia, que esperamos tenga un final feliz y la abuela vuelva a su casa sana, denota una desidia y desastre organizativo de la Sanidad Pública andaluza, provocada por los recortes permanentes de la anterior y actual Administración autonómica, que cuando llamas e insistes en Salud Responde contestan que están desbordados y no dan abasto para atender y rastrear. Aclaración, mi suegra está en Cruz Roja porque mi suegro era militar y pertenecía al IFA y a Asisa.