En los días terribles que estamos atravesando y al dar las 8 de la tarde, vemos nuestra calle con aires de fiesta, además de las palmas de rigor, oímos música, canciones... Todo ello me evoca a recordar la bella película de mi enunciado. Son impagables los servicios que nos están prestando desde muchos frentes, sanitarios, farmacéuticos, transportistas, dependientes de comercio, policía, etc. etc., sin su profesionalidad estaríamos en un caos enorme. Tenemos la esperanza de que una vez haya pasado la pandemia asesina, nos sirva para dar importancia a los verdaderos sabores que nos ofrecen las cosas sencillas de la vida cotidiana. La guerra es mala pero la posguerra no se queda atrás, esperemos que nuestros políticos sepan estar a la altura de la ciudadanía, la cual está dando una gran lección de madurez y responsabilidad. La muerte se ha ensañado con los mayores, aquellos que con su esfuerzo y sacrificio vieron hecho realidad el estado del bienestar, con toda seguridad la falta de previsión sanitaria, ha sido la causa principal de esta masacre, esperemos que esto haya servido a nuestros dirigentes para que dediquen más tiempo al presente y dejen de remover un pasado que tanto daño hizo a todos los españoles.