En el espectaculo tan bochornoso, cínico, fariseista y maniqueista, que todos los españoles pudimos contemplar, viendo que, el presidente del Gobierno de España, presidente de todos los españoles, al más puro estilo político-propagandistico, humilló, no sólo a los militantes del PSOE, sino a quienes también le votaron, y no le votaron, y, por supuesto, a esos otros 16 presidentes autonómicos que, atónitos y perplejos, vieron cómo sus comunidades autónomas fueron vilipendiadas, maltratadas, despreciadas y malqueridas, en esa cumbre tan borrascosa. Cumbre donde, el «sí bwana» del presidente Pedro Sánchez y el de todos sus acólitos, desencadenó en quienes no quieren, ni a España como nación soberana, ni a la Constitución Española, un estado de euforia despectiva y arrogante que, si alguien no lo detiene, dará lugar a consecuencias muy graves e irreparables. Ante esta situación, Pedro Sánchez, se mostró cómo un auténtico tirano desleal, al que habría que recordarle lo que Emily Bronte, en su novela Cumbres Borrascosas, dice: «El tirano oprime a sus siervos y ellos nunca se revuelven contra él, lo que hacen es machacar a quienes tienen por debajo». ¿Esto es lo que nos espera a los españoles de bien con este gobierno?

Pero, también, miren por dónde, tras esa cumbre borrascosa, puede ocurrir que a Pedro Sánchez el tiro le salga por la culata, y sean los nacionalistas, independentistas y republicanos, quienes les recuerden otra de las muchas sentencias que Emily Bronte deja caer: «Si has arrasado mi palacio, no te empeñes ahora en construirme una choza ni te regodees vanidosamente en el rasgo caritativo que supone ofrecermela cómo hogar». Todo se verá si los españoles de bien consigamos que la verdad nos haga libres. ¡Luchemos por la verdad!