El Salvador

Bukele ofrece a EEUU su megacárcel para recibir presos migrantes y estadounidenses

El secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, asegura que "ningún país ha hecho jamás una oferta de amistad" así tras reunirse con el mandatario centroamericano

Marco Rubio, secretario de Estado de EEUU.

Marco Rubio, secretario de Estado de EEUU. / EFE

Irene Benedicto

Irene Benedicto

El Salvador quiere albergar la primera nueva cárcel de alta seguridad de Estados Unidos fuera de sus fronteras de la segunda parte de la era Trump. En un acuerdo calificado como "sin precedentes", el presidente salvadoreño Nayib Bukele ofreció a EEUU la posibilidad de encarcelar en El Salvador a migrantes indocumentados deportados y a personas condenadas por crímenes “graves”, incluidos ciudadanos estadounidenses. 

La propuesta consiste en una "subcontratación" del sistema penitenciario estadounidense, mediante la cual los reclusos serían transferidos a la megacárcel salvadoreña a cambio de una tarifa que EEUU pagaría al país centroamericano, según Bukele. "La tarifa sería relativamente baja para EEUU, pero significativa para nosotros", dijo el mandatario. El acuerdo fue anunciado tras la visita en El Salvador del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, que calificó la "oferta" como "un acto de extraordinaria amistad". Sin embargo, la deportación de ciudadanos estadounidenses podría entrar en conflicto con protecciones legales, incluso convirtiendo esta medida en ilegal e impracticable.

El anuncio llega apenas unos días después de que el presidente Donald Trump dijera que estaba dispuesto a pagar una "pequeña cuota" a países extranjeros con tal de externalizar su servicio de prisiones, en una suerte de colonia penal moderna. Esta idea va un paso más allá de las propuestas de campaña que hasta ahora se habían centrado en deportar a los inmigrantes que delinquen en EEUU. Con este nuevo giro, son los ciudadanos estadounidenses los que quedan bajo foco también.

"Tercer país seguro"

El acuerdo es en realidad la reactivación de un pacto similar anterior que ya firmaron EEUU y El Salvador en 2019 durante el primer mandato de Trump. El Salvador se convirtió entonces en lo que llamaron "Tercer País Seguro", es decir, que recibiría a migrantes detenidos en EEUU y deportados por no tener la documentación en regla, pero nunca se implementó debido a la pandemia del covid 19.

Tras el encuentro de este martes, Rubio anunció que de nuevo El Salvador aceptaría la deportación de migrantes indocumentados con condenas por delitos graves, y Bukele detalló en redes sociales que la oferta incluía a criminales convictos de cualquier nacionalidad. El lugar elegido es el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), la cárcel de máxima seguridad donde ya cumplen condena algunos miembros de pandillas como la MS-13 o el Tren de Aragua. 

El Cecot, construido para albergar a 40.000 reclusos, se ha convertido en símbolo de la política de seguridad de Bukele. Sin embargo, organizaciones de derechos humanos han denunciado hacinamiento extremo y tortura en las prisiones del país. 

Bukele aseguró que el actual pacto con EEUU tiene "un alcance mucho mayor" que en 2019. Pese a las críticas, su oferta de subcontratación penitenciaria con tintes colonialistas y una fuerte reminiscencia a Guantánamo, El Salvador refuerza su posición como un actor clave en la política migratoria de EEUU.

Bukele, aliado de Trump

Bukele, junto al argentino Javier Milei, es el mandatario latinoamericano más afín a Trump. Su estrategia de seguridad, basada en una política de mano dura, ha reducido drásticamente la criminalidad en El Salvador, a base de lo que múltiples organizaciones de derechos humanos han calificado de arrestos masivos y violaciones del estado de derecho y de los derechos humanos.

Rubio destacó la relación entre ambos gobiernos y la Administración Trump considera a Bukele un referente en seguridad. Sin embargo, su reelección generó tensiones con la Administración Biden, ya que la Constitución salvadoreña en principio no permitía su candidatura. A pesar de ello, las relaciones se han distendido desde entonces.

Este lunes, Bukele reafirmó su simpatía por Trump ante la prensa y, al ser vitoreado por un ciudadano mientras navegaba en el lago Coatepeque, respondió con una sonrisa: "Tengo una aprobación del 80%".

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