Primera gira regional

Marco Rubio exigió a Panamá "cambios inmediatos" en el manejo del Canal para evitar "medidas necesarias" de Estados Unidos

"No cabe duda de que el canal es operado por nuestro país y así seguirá siendo", dijo el presidente panameño José Raúl Mulino

Marco Rubio y el presidente panameño se reúnen en plena disputa por el Canal de Panamá

Marco Rubio y el presidente panameño se reúnen en plena disputa por el Canal de Panamá

Abel Gilbert

Abel Gilbert

El presidente panameño, José Raúl Mulino, escuchó de boca del nuevo secretario de Estado de norteamericano, Marco Rubio, las aspiraciones del presidente Donald Trump de recuperar para Estados Unidos el control del canal que une los océanos Atlántico y Pacífico y por donde transita el 3 % del comercio global. El portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, dijo que su secretario "dejó claro que este status quo es inaceptable y que, en ausencia de cambios inmediatos, requeriría que Estados Unidos tomara las medidas necesarias para proteger sus derechos bajo el tratado". Rubio, añadió Bruce, recordó al mandatario panameño que Trump “ha expresado una determinación preliminar de que la actual posición de influencia y control del Partido Comunista Chino sobre el área del Canal de Panamá es una amenaza y representa una violación del Tratado Relativo a la Neutralidad Permanente y Funcionamiento del Canal de Panamá".

Según el portavoz, Rubio "expresó su gratitud por el productivo debate y subrayó la dedicación de Estados Unidos para hacer que ambas naciones sean más seguras, fuertes y prósperas. Señaló que esta reunión marca un paso importante en la revitalización de la relación estratégica entre Estados Unidos y Panamá, en línea con la visión del presidente Trump". El secretario subrayó además "el deseo de mejorar el clima de inversión y garantizar la igualdad de condiciones para la competencia leal de las empresas estadounidenses". Elogió por último "el liderazgo regional del presidente Mulino en apoyo de una Venezuela democrática y libre".

El anfitrión tuvo también algo que decir: "la soberanía de Panamá no está en cuestión". De acuerdo con el presidente, "no cabe duda de que el canal es operado por nuestro país y así seguirá siendo". Entre las palabras de uno y otro protagonista de la reunión en el palacio de las Garzas, la sede del Ejecutivo, se abrió un espacio de interpretaciones que, con el correr de las horas se disipó en parte. Cuando los analistas y la dirigencia política panameña trataban de dilucidar el significado de las "medidas necesarias" que Rubió anunció como velada amenaza, llegó una respuesta concreta de Mulino. El presidente anunció que su Gobierno no renovará el memorándum de entendimiento, denominado de La Ruta de la Seda, que había firmado con China en noviembre de 2017. En cierto sentido, Rubio pudo cantar victoria.

El ministro de Exteriores Javier Martínez-Acha, el ministro de Asuntos para el Canal, José Ramón Icaza y el ministro de Economía y Finanzas, Felipe Chapman, acompañaron al jefe de Estado en su cita con el jefe de la diplomacia de Trump. Junto con Rubio estuvieron a su vez Michael Kozak, negociador asistente de los Tratados Torrijos-Carter de 1977; John Barrett, encargado de negocios en la Embajada de Estados Unidos en Panamá, entre otros.

La presencia del responsable de la diplomacia de Trump, un hombre de origen cubano que habla castellano a la perfección, fue precedida por protestas de sindicatos y otros sectores que reivindicaron la soberanía panameña de la vía interoceánica. Los manifestantes no pudieron llegar hasta la sede de Gobierno. La policía antidisturbios detuvo la marcha a pocas cuadras.

Cuestión de fondo

El istmo administra el canal por completo desde el 25 de diciembre de 1999 en virtud del acuerdo suscrito entre los presidentes James Carter y Omar Torrijos, en 1977. Entre esa firma, de carácter histórico, y el control absoluto del canal tuvo lugar en 1989 una invasión militar norteamericana con el propósito de capturar al general Manuel Noriega, por entonces su principal autoridad, acusada de estar vinculada con el narcotráfico. El recuerdo de aquella incursión que provocó más de 500 muertos se reavivó a partir de las amenazas de Washington. La Casa Blanca asegura que China tiene una influencia determinante sobre el canal, un argumento repetido por Rubio antes de iniciar su gira regional y que no se ajusta a la realidad. "La tensión que se ha generado, la ha generado Estados Unidos, no Panamá. El primer paso para nosotros es muy importante; que encuentren un país unido en torno a la situación de la soberanía”, dijo el exministro de Exteriores, Jorge Eduardo Ritter.

El secretario de Estado tenía previsto visitar las esclusas de Miraflores, en el canal, y se reúna con las responsables de su manejo. Panamá es la primera escala de una que llevará a Rubio por El Salvador, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana. Todos esos países tienen un problema común que está en el centro de la agenda del multimillonario republicano: la migración y la política de deportaciones que comenzó hace más de una semana. Nayib Bukele se perfila como un aliado vital de la Casa Blanca en la política de deportaciones masivas.

Ese tema ha estado presente en las conversaciones entre Rubio y Mulino. La peligrosa selva del Darién es uno de los conductos por donde atraviesan los torrentes migratorios hacia Estados Unidos, en particular los venezolanos. El portavoz del secretario de Estado señaló al respecto que Rubio "también hizo hincapié en la importancia de los esfuerzos de colaboración para poner fin a la crisis migratoria ilegal del hemisferio y agradeció al presidente Moreno su apoyo a un programa conjunto de repatriación, que ha reducido la migración ilegal a través del Tapón del Darién".

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