Conflicto en Oriente Próximo
Israel lleva a cabo una campaña de injerencia en EEUU para influenciar a sus legisladores sobre la guerra en Gaza
Esta campaña fue orquestada por el Ministerio de Asuntos para la Diáspora que dirige Amichai Chikli, el mismo ministro que recientemente asistió en Madrid al festival Viva 24 de Vox y que ha cultivado estrechos contactos con otros partidos de la extrema derecha europea

Más de un millón de personas huyen del campo de Al Bureij, en Gaza, ante el inminente ataque de Israel / EUROPA PRESS
Ricardo Mir de Francia
Desde que comenzara la guerra en Gaza, Israel ha llevado a cabo una campaña de injerencia en Estados Unidos para influenciar a sus legisladores y a la opinión pública estadounidense sobre los acontecimientos en curso, según han desvelado este miércoles investigaciones publicadas por ‘Fake Reporter’ y los diarios ‘Haaretz’ y ‘The New York Times’. La operación de contaminación informativa se ha apoyado en centenares de cuentas falsas en las redes sociales y medios ‘fake’ creados para la ocasión, que se han dedicado a promover contenidos proisraelíes, antipalestinos e islamófobos, usando a menudo la desinformación como señuelo. De acuerdo con esas mismas fuentes, la campaña ha puesto especial énfasis en los legisladores negros del Partido Demócrata y sus bases progresistas, el sector más reacio a que EEUU siga enviando armas a su aliado judío.
Las nuevas revelaciones ponen de manifiesto hasta qué extremos está dispuesto a llegar el Gobierno de Binyamín Netanyahu para manipular a la opinión pública mundial y socavar las instituciones internacionales. Hace solo una semana, otra investigación del diario británico ‘The Guardian’ desveló que durante los últimos nueve años el espionaje israelí se ha dedicado a “espiar, hackear, presionar, difamar y presuntamente amenazar” a los fiscales y otros trabajadores del Tribunal Penal Internacional (TPI). Solo unos días antes, su fiscal jefe, Karim Khan, había solicitado una orden de arresto contra Netanyahu, su ministro de Defensa, Yoav Gallant, y tres capitostes de Hamás por presuntos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
La campaña de injerencia fue orquestada por el Ministerio de Asuntos para la Diáspora que dirige Amichai Chikli, el mismo ministro que recientemente asistió en Madrid al festival Viva 24 de Vox y que ha cultivado estrechos contactos con otros partidos de la extrema derecha europea. Su ministerio aportó dos millones de dólares para la operación, según documentos obtenidos por el ‘Times’. Y después de reunirse con diversas compañías tecnológicas en busca de “soldados digitales” dispuestos a propagar la narrativa israelí en EEUU y Canadá acabó decantándose por Stoic, una empresa de marketing político de Tel Aviv.
Difamar a grupos propalestinos
La compañía creó centenares de cuentas falsas o ‘avatares’ en diversas redes sociales que se hacían pasar por estadounidenses corrientes para diseminar sus mensajes, generados muchos de ellos mediante la inteligencia artificial de ChatGPT. Y, en paralelo, tres ‘portales de noticias’ para reproducir contenido oficial. Una campaña descrita por Fake Reporter como un “esfuerzo a gran escala y bien coordinado para difamar a grupos que son típicamente propalestinos”. Lo que incluye a “ciudadanos de países occidentales (sobre todo EEUU y Canadá) originarios del mundo islámico, atacados con contenido profundamente islamófobo y anti-inmigración”, según esta organización israelí dedicada a combatir la desinformación.
El modus operandi se parece mucho al que empleó Rusia durante su sonada campaña de interferencia en las elecciones estadounidenses de 2020, castigada con sanciones tras una profusa investigación del Congreso. También China, Irán o el propio EEUU han llevado a cabo campañas semejantes. En este caso, el objetivo central de la campaña habrían sido los legisladores demócratas, particularmente afroamericanos, una comunidad con nutridas simpatías por la causa palestina. Figuras como el diputado Hakeem Jeffries o el senador Raphael Warnock, a los que se inundó con mensajes para seguir financiando al ejército israelí, según el diario neoyorkino.
El contenido de los mensajes se adaptó a la audiencia. El público afroamericano fue bombardeado con contenido de Wikipedia sobre el papel de los árabes en el negocio de la esclavitud en África; al canadiense, con “material fuertemente islamófobo”, sobre la supuesta amenaza que los inmigrantes musulmanes supondrían para el país o sus supuestas intenciones para implantar allí la ley islámica, según Fake Reporter.
De momento, la Casa Blanca no se ha pronunciado sobre estas últimas revelaciones, pero expertos citados por ‘Haaretz’ y ‘The New York Times’ han descrito la campaña como “temeraria”, “antidemocrática” e “irresponsable”.
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