A principios de junio, tras meses de negociaciones y tres años después de que Bruselas presentara su propuesta, los Veintisiete lograban un acuerdo político sobre uno de los pilares centrales de la reforma del Pacto de Asilo e Inmigración: la reubicación de refugiados. Lo que entonces no fueron capaces de cerrar -a finales de julio y ya bajo presidencia española de la UE- son las reglas a aplicar en situaciones de crisis, cuando se produce una avalancha de llegadas.
Un elemento que dos meses sigue envenenando las negociaciones -el Parlamento Europeo ha bloqueado las conversaciones sobre otros dos reglamentos del pacto en protesta por la falta de avances- y que Madrid trata in extremis de desencallar. "No quiero aventurarme pero espero que al final del día podamos dar una buena noticia en ese sentido”, ha dicho el ministro de interior, Fernando Grande-Marlaska, en nombre de la presidencia semestral de la UE a su llegada a la reunión de ministros de interior de la UE que tiene lugar este jueves en Bruselas.
Los Veintisiete vuelven a hacer este jueves balance de la reforma y particularmente de la dimensión exterior de la inmigración, incluido el plan de diez puntos anunciado por la presidenta Ursula von der Leyen para reconducir la situación en el Mediterráneo central y el acuerdo cerrado entre la Unión Europea y Túnez, que contempla la entrega de 105 millones de euros al país norteafricano para que refuerce sus fronteras y evite la salida de inmigrantes. Un acuerdo que ha sido criticado por socialistas, verdes e izquierda en el Parlamento Europeo e incluso por la Defensora del pueblo de la UE que ha dado tres meses a la Comisión Europea para aclarar si el acuerdo respeta los derechos humanos.
Gestión de crisis
No obstante, hay un reglamento que mantiene encallado todo el proceso negociador y que amenaza la posibilidad de completar la nueva arquitectura de asilo e inmigración a tiempo, antes de que termine la actual legislatura. Se trata del reglamento de gestión de crisis y que regula la respuesta a dar en situaciones de crisis o de fuerza mayor, como el caso de las llegadas masivas de migrantes. En la reunión celebrada el pasado 26, los embajadores permanentes de la UE no consiguieron cerrar un acuerdo debido a la oposición Polonia, Hungría, Austria y República Checa y la asbtención de Alemania, Países Bajos y Eslovaquia.
Desde entonces, la presidencia española de la UE ha intensificado las negociaciones, y particularmente en las últimas horas. “Hemos seguido trabajando intensamente y hemos avanzado muchísimo en las ultimas horas. Quedan matices. Esperemos que esos pequeños matices puedan confirmar finalmente que llegamos al acuerdo pleno para poder dar un enfoque general y la autorización para los trílogos”, ha explicado Grande-Marlaska sobre un expediente que tiene "prioridad máxima" para España. "Llevamos muchos años discutiendo sobre el pacto migratorio y no nos podemos permitir el lujo de concluir esta legislatura, en mayo del año que viene, sin llegar a un acuerdo y una normativa al respecto", ha explicado insistiendo en que "estamos muy cerca".
Optimismo de Bruselas
El mismo optimismo ha expresado la comisaria de Interior, Ylva Johannson, a su llegada a la reunión. "Espero que los ministros estén listos hoy para dar el último pequeño paso para llegar a un acuerdo sobre la posición del Consejo sobre la propuesta de Gestión de Crisis", ha dicho sobre la última pieza de un rompecabezas que la UE empezó a rearmar tras la gran crisis migratoria de 2015 y 2016.
"Hemos trabajado muy intensamente junto con los Estados miembros y también la presidencia española está haciendo un gran trabajo en este sentido", ha añadido. Según el nuevo mecanismo de crisis, los países que se encuentren bajo lo que consideran una gran presión migratoria tendrían potestad para prolongar los periodos de detención de los solicitantes de asilo y retrasar el registro de sus solicitudes, entre otras restricciones. Un elemento que habría generado especial preocupación en Alemania que teme que los países se salten las reglas, invoquen una situación de crisis y no garanticen los derechos de los inmigrantes.
¿Qué ha cambiado en las últimas horas que haga viable un acuerdo? Fundamentalmente, el giro de Berlín que tras meses bloqueando el acuerdo estaría en disposición de dar su visto bueno, un cambio de postura que eliminaría la minoría de bloqueo. "Estamos casi alcanzando el equilibrio entre las posiciones de distintos países. Es una negociación y la negociación es conseguir el equilibrio entre los intereses de todos los Estados”, ha indicado el ministro español.