El pulso de Macron

El pulso entre Macron y los sindicatos, en vilo por la sentencia del Constitucional

Entre un millón y medio y 380.000 personas se manifiestan en Francia en contra de la subida de la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años

Los franceses se manifiestan de nuevo contra la reforma de las pensiones.

Los franceses se manifiestan de nuevo contra la reforma de las pensiones. / TERESA SUÁREZ / EF

Enric Bonet

¿Las protestas en Francia contra la reforma de las pensiones llegan a su final? "No", responden los dirigentes sindicales, aunque las movilizaciones pierden algo de fuelle. Entre un millón y medio de personas, según los sindicatos, y 380.000, según la policía, se manifestaron este jueves en contra de la subida de la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años (con 43 años cotizados para recibir una pensión completa). La 12ª jornada de huelgas y protestas contra esta impopular medida —la 10ª bajo el marco legal de una huelga general— estuvo marcada por un retroceso de la movilización y tuvo lugar la víspera de que se pronuncie el Consejo Constitucional.

Todas las miradas en Francia están puestas en la sentencia este viernes del equivalente galo del Tribunal Constitucional. Los sages (sabios) deben decidir si validan la medida o la censuran parcial o totalmente. Se desconoce por dónde irán los tiros de su decisión. Nunca una sentencia de este organismo, compuesto por una mezcla de magistrados y políticos veteranos, había generado tanta expectación mediática en el país vecino. Ni que fuera la serie 'Baron Noir', en que el Constitucional tiene un peso fundamental en uno de los capítulos de esta ficción a veces premonitoria de lo que sucede en la política gala.

Miradas puestas en el Constitucional

"Sed sabios, ¡censurad!", afirmaba una pancarta mostrada este jueves delante del Constitucional, cuya sede se encuentra prácticamente enfrente del Museo del Louvre, en el centro de París. Militantes del sindicato SUD y del colectivo altermundialista ATTAC acumularon contenedores de basura delante de ese edificio en una acción pacífica llevada a cabo durante la mañana. Esta 12ª jornada de movilizaciones coincidió con el inicio de una nueva huelga ilimitada por parte de los basureros en la capital francesa. No obstante, se desconoce si esta vez tendrá un seguimiento tan importante como en marzo, cuando se acumularon más de 10.000 toneladas de desechos en las calles parisinas tras casi 20 días de paro laboral de estos trabajadores esenciales.

"La decisión del Constitucional marcará el final de un capítulo, pero no del libro. (…) El combate sindical está lejos de haberse terminado", aseguró el sindicalista moderado Laurent Berger, secretario general de la CFDT —el sindicato con un mayor número de afiliados en Francia—, desde las primeras filas de la manifestación en París. 

Entre 400.000 personas, según las organizaciones de trabajadores, y 42.000, según las fuerzas de seguridad, protestaron por los bulevares parisinos en un cortejo que se dividió en dos recorridos. Uno de ellos pasó enfrente del Constitucional, protegido por un amplio dispositivo policial. A pesar de algunos enfrentamientos entre antidisturbios y manifestantes en la plaza de la Bastilla, las protestas fueron mayoritariamente festivas y pacíficas. Los disturbios resultaron menos relevantes que a finales de marzo.

"Me temo que no censurará la medida"

A pesar del evidente cansancio después de casi tres meses de protestas y de que esta 12ª movilización fue una de las menos concurridas de la actual oleada —la más multitudinaria en el siglo XXI en el bullicioso país vecino—, los datos de manifestantes de este jueves (entre más de un millón y 380.000 personas) no son nada menospreciables. De hecho, resultan bastante superiores a la jornada de protestas más numerosa durante la revuelta de los chalecos amarillos en 2018 y la mayoría de las manifestaciones en 2019 contra otro intento de Macron para reformar el sistema de pensiones galo, uno de los más avanzados del Viejo Continente y que garantiza un menor porcentaje de gente mayor pobre.

"Las protestas están decayendo, pero esto se debe a que la gente no puede renunciar todas las semanas a un día de sueldo", reconocía Anne des Sables, de 59 años, una informática presente en el cortejo parisino. "Me temo que el Constitucional no censurará la medida, solo algunos de sus artículos, y mantendrá la subida de la edad mínima de jubilación", añadió esta militante del sindicato CFE-CGC. "También será importante su decisión sobre el referéndum", recordaba Caroline, de 27 años, una joven funcionaria presente en la manifestación quien mencionaba la iniciativa de referéndum sobre la que también debe pronunciarse el Constitucional. Aunque los 'sabios' la validen, esta posible consulta deberá recorrer un largo camino y muy tortuoso antes de ser una realidad. Su eventual celebración en 2024 o 2025 resulta poco probable.