Guerra en Ucrania

Polonia abre la vía a enviar aviones de combate a Ucrania

Varsovia se dispone a trasladar cuatro viejos Mig-29 de fabricación soviética a su vecino del este.

Un avión de combate F-16 turco durante la maniobra de despegue.

Un avión de combate F-16 turco durante la maniobra de despegue. / Ministerio de Defensa de Turquía

Marc Marginedas

Polonia abre el melón. Adelantando los plazos previstos, el presidente del país, Andrzej Duda, ha anunciado este jueves el inminente envío de cuatro aviones militares a Ucrania de fabricación soviética, en concreto, del modelo Mig-29, aunque ha dado a entender a la vez que la cifra de aparatos aumentará en un futuro próximo. Flanqueado por el presidente de la República Checa, Petr Pavel, ha informado también que dichos aparatos serán sustituidos a finales de año por otros e fabricación surcoreana y norteamericana.

Tal y como puntualizó el jefe del Estado polaco, los cazas fueron adquiridos a la extinta Alemania Oriental a finales de los años 90 y están cerca de culminar su vida operativa. "Siguen siendo activos en la defensa de nuestro país, todavía tenemos una docena de ellos", ha especificado el mandatario. Se desconoce cuántos aviones polacos recibirá Ucrania, aunque su número será inferior al que se barajó en el inicio el conflicto -una treintena- mediante una donación estadounidense. En principio, los aviones debían comenzar a ser enviados a Ucrania transcurridas entre cuatro y seis semanas, aunque finalmente el presidente ha acortado los plazos.

Decisión inédita

Los responsables gubernamentales polacos se han apresurado a enfatizar que la decisión, inédita desde el inicio del conflicto, no constituía ninguna amenaza para la seguridad del país, sino todo lo contrario. "Nuestra seguridad no se resentirá, nuestra seguridad se beneficiará de esto, porque además mantendremos al frente ruso lejos de nuestras fronteras en todo momento", ha justificado Piotr Muller, portavoz del Ejecutivo. Aunque la decisión tardará varias semanas en materializarse, fuentes gubernamentales han destacado que los aparatos ya están listos para su entrega.

Polonia, uno de los estados más afectados por la guerra de Ucrania, se ha colocado a la vanguardia en las entregas de armamento occidental al Ejército ucraniano, llegando muchos observadores a asegurar que, en realidad, es el país que marca el paso a los demás. De hecho, ha cumplimentado ya el traslado de 14 tanques Leopard prometidos a Kiev, casi la mitad de la treintena que recibirá el país invadido desde países como CanadáNoruega y España. "Polonia es la siguiente en la fila", ha recordado Muller, en referencia a su proximidad geográfica con Rusia, en un tono crítico con los países reticentes a enviar armas al país eslavo. Pese al adelanto de la decisión, por el momento hay pocos países dispuestos a seguir el ejemplo de Varsovia, con la salvedad de Eslovaquia, también poseedora de una importante flota de aviones de combate de fabricación soviética.

Los envíos de armas han constituido un desafío para la cohesión y la unidad del bloque de países aliados desde el inicio del conflicto. Poco antes del arranque de las hostilidades, países como Alemania, con importantes intereses económicos y políticos en Rusia, se oponía tajantemente a distribuir armamento ofensivo al país eslavo, pese a las muestras de indignación que llegaban desde Kiev. Berlín modificó raudo su posición al comprobar la resistencia que estaban presentando las fuerzas armadas de Ucrania ante Rusia, un enemigo sobre el papel muy superior en capacidades y hombres. Con el si de Berlín llegaron los de otras capitales europeas, como Madrid.

A medida que el conflicto se cronificaba, el Gobierno de Volodímir Zelenski ha ido presentando nuevas demandas de armamento más sofisticado, más allá de los misiles antitanque. EEUU decidió suministrar a Ucrania las baterías artilleras HIMARS, un arma de gran precisión capaz e impactar en un blanco a decenas de kilómetros con un margen de error de escasos metros. Estos sistemas fueron decisivos, hostigando sin remisión a las tropas rusas en la retaguardia y destruyendo sus depósitos de municiones, lo que a la postre se tradujo militarmente en sendas retiradas en los frentes de Izium, en el noreste y Jersón, en el sur.