Según informaciones periodísticas

Xi hablará en los próximos días con Putin y Zelensky

China gana relevancia en su papel mediador para lograr una salida negociada para la guerra de Ucrania

El presidente ruso, Vladímir Putin, conversa con su homólogo chino, Xi Jinping, durante el encuentro que mantuvieron el pasado 16 de septiembre en la cumbre del grupo de Shangái, en Samarcanda.

El presidente ruso, Vladímir Putin, conversa con su homólogo chino, Xi Jinping, durante el encuentro que mantuvieron el pasado 16 de septiembre en la cumbre del grupo de Shangái, en Samarcanda. / REUTERS

Adrián Foncillas

La diplomacia china mantendrá conversaciones con Rusia y Ucrania para, en el mejor de los escenarios, acercar la paz a la guerra de Ucrania. Son informaciones periodísticas con gaseosas y anónimas fuentes que recomiendan cierto escepticismo pero son también el primer atisbo esperanzador de una solución negociada tras un año de guerra. China es, al fin y al cabo, el único mediador posible por su peso y buenas relaciones con ambas partes. 

El presidente chino, Xi Jinping, se reunirá esta semana en Moscú con su homólogo ruso, Vladimir Putin, según la agencia británica Reuters. Del viaje no había dudas. Putin había invitado a Xi para visitarlo en primavera, había afirmado en enero la agencia rusa Tass. El diario estadounidense 'The Wall Street Journal' situaba la cumbre durante las celebraciones de la victoria sobre la Alemania nazi en mayo. El adelantamiento del viaje respondería a la intención china de aceitar las conversaciones de paz. Ni el Kremlin ni Zhongnanhai han respondido aún a la información.  

El mismo medio estadounidense afirma hoy que Xi también mantendrá una reunión virtual con Volodímir Zelenski, probablemente después de su viaje a Moscú. Será la primera vez que hablen desde que empezara el conflicto a pesar de la disposición del ucraniano. Xi y Putin, en cambio, han mantenido al menos cuatro conversaciones en el último año.  

La iniciativa diplomática china llega dos semanas después de haber presentado su plan de paz. No fue audaz ni detallado, apenas un compendio de obviedades sin calendario ni condiciones previas para el diálogo, pero fue el primer plan que proponía un final ajeno a las armas. Fue anunciado poco después de que Wang Yi, el entonces jefe de la diplomacia china, hablara con Putin, lo que permitía pensar en el visto bueno de Moscú, y mereció el interés y aplauso de Zelenski. Estados Unidos, Bruselas y la OTAN, en cambio, lo deslegitimaron por la supuesta cercanía de Pekín a Moscú. 

Neutralidad china

Sobre Pekín recayeron desde el inicio del conflicto todas las esperanzas para mediar pero Moscú y Washington han frustrado sus intenciones. La primera descarta el diálogo mientras no consolide las posiciones en el campo de batalla y la segunda se ha esforzado en negar la neutralidad china con tercos anuncios de inminentes envíos de armas a Rusia que nunca llegan. 

La equidistancia china exige malabarismos diplomáticos. No ha condenado el ataque ruso, evita hablar de invasión y culpa del desaguisado a la expansión de la OTAN, pero también ha exigido respeto a la soberanía ucraniana y sigue sin enviar ni una cantimplora a las tropas rusas. Su apoyo a Moscú empieza y acaba en las emocionantes declaraciones conjuntas de fraternidad. 

La actividad diplomática china en Ucrania, de concretarse, ahondaría en su creciente implicación en los conflictos globales. La semana pasada ya propició en Pekín el fin de las hostilidades de Arabia Saudita e Irán, archienemigos en Oriente Próximo, que acordaron restablecer sus relaciones diplomáticas y resucitar el pacto de seguridad firmado 22 años atrás. La mediación supuso un éxito histórico para China en una zona del planeta bajo la influencia tradicional de Washington.