Protestas en Irán

Cuatro meses de revolución "viva" en Irán: "No tememos a la muerte"

Las ONG denuncian el asesinato de cientos de manifestantes, entre ellos decenas de menores de edad | "La revolución sigue viva", defiende la Asociación Pro Derechos Humanos Iraní en España

Varios manifestantes simulan una ejecución durante la manifiestación en frente de la embajada de Irán este sábado en Madrid.

Varios manifestantes simulan una ejecución durante la manifiestación en frente de la embajada de Irán este sábado en Madrid. / EFE

Alberto Muñoz González

Cuatro meses después del asesinato de la joven Mahsa Amini a manos de la policía de la moral por no llevar bien puesto el velo, Irán sigue luchando por mantener "viva" la revolución. "Las calles siguen comprometidas con ello, solo que estamos en una fase distinta. Más silenciosa, digamos, pero que está consiguiendo que el régimen se desmorone desde dentro", defiende a El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, Fariba Ehsan, presidenta de la Asociación Pro Derechos Humanos Iraní en España.

El gobierno de los ayatolás, por su parte, ha respondido hasta la fecha con cuatro ejecuciones confirmadas y una represión tan férrea que ha hecho sospechar a las ONG sobre el terreno de los asesinatos 'silenciosos' de cientos de ciudadanos más durante las manifestaciones. Entre ellos, decenas de menores de edad.

La información, sin embargo, sale a cuentagotas de Irán. Y, la que sale, resulta difícil de confirmar a pesar de que "las redes sociales internas de la revolución" estén intentando contrastar todas las vidas que se estaría cobrando la respuesta del régimen que encabeza el ayatolá Alí Jamenei.

Según las estadísticas publicadas por HRANA, una organización que se dedica a difundir la información que consiguen sobre el terreno las ONG que trabajan para defender los derechos humanos en Irán, entre el momento en que se iniciaron las protestas y el 14 de enero de este año habrían sido asesinados 522 manifestantes, 70 de ellos menores de edad. Además, 19.400 personas habrían sido arrestadas, 721 encarceladas y 110 estarían pendientes de que se confirme su sentencia de muerte.

"La gente se está hermanando en los funerales. Van incluso a los de aquellas personas que no conocen para unirse en el dolor con ellos. Ésa es una revolución que quizás haga menos ruido, pero que por los días une a los iranís y por las noches grita en las calles", apunta Ehsan. "No temen a la muerte, ya no tienen miedo a enfrentarse al sistema para luchar por sus derechos y por su dignidad, aunque el precio sea así de alto. El Gobierno siempre ha utilizado las ejecuciones, pero no hay marcha atrás".

El reto, sin embargo, era mantener viva una revolución que ya se había vivido varias veces antes, pero que en los últimos 40 años no había sido capaz de resistir la represión durante cuatro meses seguidos.

"La población ha cambiado. Antes protestábamos y conseguían silenciarnos, pero esta vez es diferente. Estos cuatro meses han demostrado que la revolución sigue viva. Hay esperanza de victoria y muchas expectativas puestas en la presión que se pueda hacer desde fuera", aseguran desde la Asociación Pro Derechos Humanos Iraní en España.

Pendientes del apoyo internacional

La última ejecución confirmada del régimen en Irán, la de Alireza Akbari, ciudadano británico-iraní y ex viceministro de Defensa durante el mandato del presidente reformista Mohamed Katami (1997-2005), ha consternado a la comunidad internacional.

A la condena del primer ministro del Reino UnidoRishi Sunak, que catalogó lo sucedido de "acto insensible y cobarde de un régimen bárbaro que no respeta los derechos humanos", se ha unido la de la Unión Europea.

"La ejecución de un ciudadano europeo es un precedente espantoso que la UE seguirá de cerca", ha asegurado el Alto Representante para Asuntos Exteriores del organismo, Josep Borrell, que ha recordado que "la pena de muerte viola el derecho inalienable a la vida consagrado en la Declaración Universal de Derechos Humanos" y que "es el máximo castigo, uno cruel, inhumano y degradante".

Una semana antes, el sábado 7 de enero, Mohammad Mehdi Karami y Mohammad Hosseini, de 22 y 20 años respectivamente, fueron ejecutados tras ser acusados de haber asesinado en noviembre a un miliciano islámico durante las protestas en Karaj.

Quienes apoyan la revolución en Irán son conscientes de que, con el apoyo internacional de su parte, su causa tiene mucha más fuerza. Por ejemplo, a mediados de diciembre se publicó en diversos medios de todo el mundo, entre ellos El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, la historia de tres menores de edad que habrían sido condenados a muerte por su participación en las protestas. Según explican desde la Asociación Pro Derechos Humanos en Irán, el interés en el extranjero por el caso habría puesto en suspenso la sentencia por el momento.

También fue decisivo el foco internacional para que el futbolista Amir Nasr Azadani consiguiese evitar la pena capital tras haber sido acusado de haber asesinado a tres miembros de las fuerzas de seguridad del régimen iraní. En su caso, el tribunal revolucionario que dictó sentencia optó por condenarle en su lugar a 26 años de cárcel, pero en ese mismo procedimiento otras tres personas, Saleh Mirhashemi, Majid Kazemi Sheikh Shabani y Saeed Yaqoubi, fueron sentenciadas a muerte.