Por primera vez en los 50 años de historia del Frente Nacional (rebautizado Reagrupación Nacional en 2018), lo presidirá alguien sin el apellido Le Pen. El eurodiputado Jordan Bardella ha sido proclamado este sábado al mediodía como el nuevo presidente de la principal formación de la ultraderecha en Francia

Este joven dirigente, de 27 años, se impuso al alcalde de Perpinyà, Louis Aliot, en una votación interna que tuvo lugar durante el último mes y en que participaron el 71% de los militantes (unos 25.000) de este partido xenófobo y ultranacionalista, según los resultados anunciados en el congreso que la RN celebra en la Maison de la Mutualité, en el Barrio Latino de París. Bardella, considerado como el chouchou (niñita de los ojos) de Le Pen, ganó este escrutinio con el 84,84% de los votos. Se cumplieron los pronósticos, que lo daban como favorito.

Resultó una victoria a la búlgara de un representante ultra con una trayectoria fulgurante en los últimos años. Nacido en el seno de una familia modesta de la Seine-Saint-Denis —uno de los barrios más pobres de Francia, situado en la periferia norte de París—, este joven con un físico de yerno ideal y hábil orador se afilió con 17 años al FN. Siete años después, lideró la lista en las europeas de 2019, en que la extrema derecha quedó primera con más del 23% de los votos. También llevó las riendas de la reciente campaña de las legislativas, en que la RN obtuvo 89 diputados.

Ascenso fulgurante

Desde su creación en 1972, el FN (luego RN) había sido un patrimonio exclusivo de la familia Le Pen. El inefable Jean-Marie Le Pen dirigió con mano de hierro hasta 2011 este partido fundado por nostálgicos de la Argelia francesa, grupúsculos neofascistas e incluso por un exmiembro de las SS. Hace 11 años, asumió las riendas su hija Marine, quien lideró el auge electoral de esta formación —llegando a la segunda vuelta de las presidenciales en 2017 y 2022— a través de una estrategia de dédiabolisation (normalización), basada en abandonar el odio contra los judíos y en relegar —o al menos disimular— a aquellos militantes más sulfurosos.

Esta sucesión en la presidencia de la RN también forma parte de esta estrategia de convertirse en un partido como los otros. No obstante, el congreso de este sábado se vio salpicado por el comentario racista esta semana de un representante ultra quien dijo "que se vaya a África" a un diputado de izquierdas con raíces congoleñas mientras hablaba desde el estrado en la Asamblea Nacional. El Parlamento francés sancionó a Grégoire de Fournas, autor de las declaraciones que generaron una condena unánime, con dos semanas de exclusión del hemiciclo.

"No me voy de vacaciones"

"Hemos roto con un espíritu vertical en la toma de decisiones para adentrarnos en una lógica más democrática", aseguró esta mañana Le Pen, consciente del estigma que supone la reputación de ser un partido familiar dirigido con mano de hierro. Aunque no tiene sangre Le Pen, Bardella mantiene estrechos vínculos con la familia, al ser la pareja sentimental de una de las sobrinas de Marine.

La elección de Bardella como nuevo presidente de la RN diversifica los liderazgos de la ultraderecha. Esto no significa, sin embargo, que Le Pen deje de ser la principal líder de este espacio y probable candidata para las presidenciales de 2027. "No abandono la presidencia del movimiento para irme de vacaciones, continúo más movilizada que nunca", añadió.