El nivel del conflicto con Roma por los rescates llevados a cabo por las oenegés en el Mediterráneo sube de intensidad. En una nota de respuesta al país transalpino, las autoridades noruegas han afirmado no tener “responsabilidad alguna” en las operaciones de salvamento de los migrantes salvados en el Mediterráneo por las oenegés, incluso si los barcos involucrados tienen bandera de su país. La postura de Noruega se basa en “las convenciones de derechos humanos y en la ley del mar” -añadieron- al recordar que son los países vecinos como Italia que deben facilitar un puerto a las naves humanitarias en los que los centenares de náufragos se encuentran, en condiciones precarias, desde hace ya varios días.

La comunicación llega después de que el Gobierno de Giorgia Meloni decidiera emprender, en una de sus primeras medidas después de su toma de posesión, una nueva cruzada contra las oenegés, pese a que este año estas organizaciones han sido responsables solo del 16% del total de los rescates de migrantes. Desde entonces, Roma ha rechazado asignar un puerto de destino a cerca de 1.000 migrantes a bordo de tres barcos humanitarios (el alemán 'Humanity 1' de Sos Humanity, el noruego 'Ocean Viking' de Sos Méditerranée, y 'Geo Barents' de Médicos Sin Fronteras). Y, en paralelo, el Gobierno italiano ha pedido que Alemania y Noruega se impliquen en “la asistencia y por lo tanto para la recepción" de los barcos, según ha dicho el ministro de Interior, Matteo Piantedosi.

No obstante, la opinión de Oslo es que la responsabilidad principal es del “país que es responsable del área de búsqueda y rescate en la que se ha prestado la asistencia” e “incluso lo estados costeros vecinos tienen una responsabilidad en estas cuestiones”, según una nota difundida este viernes por la embajada de Noruega en Italia. Mientras que Alemania solicitó ya el jueves que Roma permita al menos el desembarco de los alrededor de 100 migrantes menores que se encuentran en el Humanity 1, de bandera alemana.

Mar en tempestad

La información llega en un momento delicado. Tanto es así que el Ocean Viking se encuentra en estos momentos navegando hacia el este en aguas internacionales cerca de Sicilia, en el intento de resguardarse ante el empeoramiento de las condiciones meteorológicas que se espera que el sábado sean particularmente malas, con olas de hasta cuatro metros, según ha contado a 'EL PERIÓDICO', del grupo Prensa Ibérica, Francesco Creazzo, de la oenegé SOS Méditerranée. “La situación es grave”, ha explicado. 

El problema es que “son ya 13 días de estar en el mar, las reservas de comida se está agotando, y la gente está agotada pues están durmiendo los unos encima de los otros en el puente del barco”, ha añadido Creazzo, al precisar que a bordo también hay 55 migrantes menores, de los cuales 43 son no acompañados y cuatro tienen menos de cuatro años. La misma oenegé también ya ha pedido la ayuda de Madrid, París y Atenas, pero de momento sin respuesta alguna.

La situación puede empeorar en los próximos días y semanas. De hecho, las llegadas a Italia ya han aumentado significativamente este año, de los 54.373 de 2021 a los 87.370 llegados hasta ahora, según datos del ministerio de Interior italiano. La mayoría de ellos proceden de Egipto, Túnez, Bangladesh, Siria y Afganistán (en este orden), y han zarpado de Libia. Un país que a menudo ha usado los migrantes como un arma de presión sobre la Unión Europea