Es de noche y, en el vídeo, grabado en la madrugada de este jueves en Teherán, cientos de personas gritan al unísono: "¡Muerte al dictador! ¡Muerte al dictador!", claman los manifestantes. La protesta dura poco: al rato, un grupo de motocicletas se acerca a la zona. En ellas montan basijs, miembros de una organización paramilitar leal al Gobierno de Irán. Los basijs son, por lo general, exconvictos ideológicamente leales al régimen. 

Algunos basijs bajan de sus vehículos, dispuestos a aporrear a todo lo que tengan delante. Otros, desde las motos, levantan sus fusiles, cargados con granadas cegadoras y botes de gas pimienta. Los manifestantes corren; las explosiones retumban. Las motos persiguen a los rezagados.

Con esta escena —y con decenas más, todas parecidas— se han llenado este jueves por la mañana las redes sociales iranís tras una noche de protestas violentas y enfrentamientos contra las autoridades por todo el país. Este miércoles marcó los 40 días desde el fallecimiento de Mahsa Amini, la joven kurdoiraní que murió presuntamente a manos de la policía de la moral del país después de ser detenida por llevar el velo islámico "incorrectamente".

Según marca la tradición persa, los familiares y allegados de un fallecido se reúnen a los 40 días de la muerte de esa persona para recordar al difunto. Miles de personas se desplazaron este miércoles a la ciudad de Saqqez para honrar a Amini ante su tumba.

Esa manifestación fue reprimida con gases lacrimógenos y fuego real. Después de la de Saqqez, las protestas se esparcieron por todo el país ya entrada la noche. "Después de algunas noches de silencio, esta madrugada los ruidos de disparos estaban por todos lados", ha dicho un residente anónimo de la provincia kurda al medio iraní disidente IranWire, con reporteros dentro de Irán pero con base en Noruega.

En otro vídeo con fecha de este miércoles se ve cómo un manifestante se lanza —puño al frente— contra un basij que, con su escopeta ya cargada, se dispone a disparar al aire. El repunte de violencia de este miércoles y jueves llega después de un par de semanas en las que las manifestaciones habían perdido fuelle y ferocidad en las calles, y eran los estudiantes de instituto y universitarios los que llevaban la voz cantante en el movimiento de protesta.

De hecho, el Estado Islámico (EI) aprovechó la fecha para atacar un santuario chií en la ciudad de Shiraz. En el ataque, realizado por tres hombres armados con fusiles, murieron 15 personas, entre las que hay niños. Según el Gobierno iraní, dos de los asaltantes fueron abatidos, mientras que el tercero escapó del lugar. 

Un español, entre los detenidos

Según recuentos de organizaciones de derechos humanos, cerca de 250 personas —una treintena de ellas, menores de edad— habrían muerto por la represión policial contra las protestas desde la muerte de Mahsa Amini el pasado 16 de septiembre. Hay, además, miles de detenidos, entre los que se encuentra el viajero español Santiago Sánchez, de 41 años, que desapareció hace tres semanas durante su viaje desde España a Catar, donde empezará a finales de noviembre el Mundial de fútbol.

Según las autoridades iranís, Sánchez fue detenido el 2 de octubre por haber visitado la tumba de Amini en Saqqez, el mismo día en el que entró a Irán desde el Kurdistán iraquí.