"Estamos luchando por el voto de la gente que no fue a votar y de otros pequeños sectores de la sociedad. La elección está muy pareja, muy disputada, y cada vez se hace más apretado el número de personas que tenemos que convencer", reconoció Luiz Inacio Lula da Silva, el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) después que se conociera una encuesta que vislumbra un posible empate técnico con Jair Bolsonaro. A diez días de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, la consultora Datafolha consignó que Lula tiene una intención de voto del 49%, cuatro puntos más que el líder de la ultraderecha. Los votos en blanco y nulos suman un 4% y los indecisos, un 1%. El capitán retirado redujo en un punto la distancia que le sacaba el candidato de la izquierda. El margen de error del sondeo es de dos puntos.

Lula confió no obstante en la victoria en las urnas el 30 de octubre. "Creo que, aun así, ganaremos las elecciones". Señaló en ese sentido que Bolsonaro no ha podido mejorar su candidatura en el nordeste, el gran bastión electoral del PT, a pesar de haber puesto en marcha una "poderosa maquinaria para decir mentiras"

No obstante, llamó a "reconocer" la "capacidad de su "ejército de milicianos para realizar las incitaciones en la red social. No teníamos cultura, ni experiencia, Brasil no estaba acostumbrado a esto". Según Lula, se escuchan "rumores" de que el equipo de Steve Bannon, el estratega de la campaña de Donald Trump en 2016, llegó a Brasil para intentar ayudar en la última semana a Bolsonaro.

Datafolha ha consignado a su vez que la ultraderecha ha mejorado sus probabilidades en el sudeste del país, donde se encuentran los estados más poblados del país: Río de Janeiro, San Pablo, Minas.

La cuestión evangélica

El expresidente se ha lanzado a la búsqueda del voto del electorado evangélico, más proclive a la ultraderecha y muy influido por las noticias falsas que vinculan al PT con un intento de cerrar las iglesias si se impone Lula. "La inmensa mayoría de los brasileños y brasileñas que vivieron los ocho años en que fui presidente de la República, saben que mantuve el más absoluto respeto a las libertades colectivas e individuales, en particular a la libertad religiosa", explicó el candidato de izquierdas a través de un documento. "Puedo asegurarles, por lo tanto, que mi gobierno no adoptará ninguna actitud que viole la libertad de culto o que cree obstáculos al libre funcionamiento de los templos", dijo durante un acto con líderes de 30 confesiones en un hotel de San Pablo. Días atrás, Lula expresó su rechazo al aborto. En San Pablo trató de dar nuevas señales hacia ese sector del electorado. "La familia para mí es algo sagrado".

Medidas contra las 'fake news'

En este contexto, el Tribunal Superior Electoral (TSE ) decidió endurecer sus medidas para frenar las fake news en la recta final del segundo turno. Sus jueces resolvieron por unanimidad prohibir la publicidad electoral de pago en Internet 48 horas antes del día de las elecciones y 24 horas después de un escrutinio que, en virtud de lo que auguran las encuestas, se desplegará en medio de una fuerte tensión. Bolsonaro ha cuestionado la transparencia del sistema electoral antes de que tuviera lugar la primera vuelta, la primera semana de octubre. El TSE estableció que las noticias falsas deben ser eliminadas de inmediato tras una orden judicial. Los que no lo hicieran deberán pagar multas de unos 100.000 euros.

El titular del TSE, Alexander Moraes reconoció que la difusión de falsas ha crecido de manera significativa en las últimas semanas, especialmente las relacionadas con la fiabilidad de las urnas electrónicas que Bolsonaro combatió hasta el hartazgo, a pesar de haber sido electo presidente hace cuatro años con ese sistema de votación. "Esto nos ha exigido tomar medidas más duras", dijo el ministro.