El Partido Comunista de China (PCCh) dio hoy comienzo al XX Congreso de la formación, durante el cual se espera que su secretario general y presidente chino, Xi Jinping, afiance aún más su poder y continúe como líder indiscutible del país.

El actual número dos de la formación, Li Keqiang, declaró inaugurada la cita en el Gran Palacio del Pueblo de la capital y posteriormente sonó el himno nacional antes de que Xi comenzase un discurso para pasar revista sobre lo acontecido en el país desde el último congreso, celebrado hace cinco años, ante los casi 2.300 delegados presentes.

En el cónclave, que se celebra con un Pekín blindado y bajo fuertes restricciones para los periodistas debido a las draconianas medidas contra la covid, Xi aspira a encabezar de nuevo el Comité Permanente del Politburó, la cúspide del poder, para controlar el régimen con un tercer mandato quinquenal inédito entre sus predecesores.

Xi subió al estrado ante la ovación y los aplausos incondicionales de los delegados para destacar la importancia del congreso en un momento que definió como "crítico" para el país y para el Partido.

"Esta es una causa noble, no debemos olvidar nuestra misión original. Tenemos que tener el coraje y la confianza para hacer avanzar el socialismo. Debemos ser humildes, prudentes y trabajar duro", arengó.

Agregó que los últimos cinco años han sido "extraordinarios" y que el PCCh ha establecido "estrategias" para lidiar con "cambios no vistos en el mundo en más de un siglo".

Xi recalcó los "avances tecnológicos" y la "innovación" del país en diferentes industrias, y calificó de "histórico" el progreso de la economía china en la última década.

"Y en respuesta al ataque súbito de la pandemia de la covid, pusimos a la gente y sus vidas por encima de todo gracias a la tenaz política de covid cero. Hemos protegido la salud de la gente en la mayor medida posible", zanjó.

El mandatario también tuvo palabras sobre Taiwán: "En respuesta a las actividades separatistas que buscan la 'independencia taiwanesa', y a las burdas provocaciones del exterior, hemos luchado con determinación, demostrando nuestra habilidad y nuestra fuerza para salvaguardar nuestra soberanía e integridad territorial".

Y sobre Hong Kong y los "desarrollos turbulentos" que ocurrieron allí en el último lustro, según los definió Xi, "el Gobierno central ejerció su jurisdicción para asegurar que Hong Kong lo gobernaban patriotas. Restauramos el orden en Hong Kong", sostuvo.

La "inferencia extranjera" tuvo un lugar destacado en el discurso: "En medio de cambios drásticos en la arena internacional, nos mantuvimos fuertes y mostramos un espíritu de lucha para salvaguardar nuestra dignidad y nuestros intereses. Estamos bien posicionados para seguir con nuestro desarrollo y garantizar nuestra seguridad".

El líder chino aspira de nuevo a que sus leales copen los principales cargos dentro del Estado, del Ejército y del Partido, al tiempo que se cuestiona si colocará entre los puestos más altos a un potencial delfín.

El Congreso, que llega en un momento internacional convulso agravado por la guerra en Ucrania y una economía ralentizada, no solo servirá para elegir altos cargos y reformar la estructura de la formación, sino que los delegados establecerán las "orientaciones ideológicas y políticas" del PCCh para el próximo quinquenio.