Durante décadas el Fondo Monetario Internacional ha formado parte de ese magma de organizaciones y poderes internacionales al que muchos, en muchas partes del mundo, veían como responsables de decisiones políticas que no parecían tener en cuenta al ciudadano corriente. Fue lo que pasó, por ejemplo, en los recientes años de draconianas medidas de austeridad. Ahora, el organismo parece decidido a dar un cambio de timón. Y este viernes, en la rueda de prensa conjunta de Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, y Nadia Calviño, vicepresidenta del Comité Financiero y Monetario Internacional del organismo, ambas han mostrado la necesidad de “poner a las personas en el centro de nuestras políticas a nivel nacional e internacional” y de asegurarse de que esas políticas sean “inclusivas” y “justas”.

 Las declaraciones han llegado después de que una periodista italiana planteara a las líderes si al FMI le preocupa el auge de movimientos de extrema derecha y el riesgo de fragmentación política y financiera. Y es algo a lo que Georgieva ha contestado llamando a mirar a las raíces del descontento, a las razones de por qué la gente busca esas plataformas. “En los últimos años la desigualdad ha subido en el mundo. También es verdad que la atención a las partes de países que están más deprimidas no ha sido todo lo alta que debía”, ha argumentado. “Nos dedicamos a la economía, no a la política”, ha matizado, “pero lo que debemos mirar es que quien debe estar en el centro es la gente. Las políticas son para la gente”.

 Calviño, por su parte, ha defendido que realidades como la ralentización del crecimiento, el coste de la vida al alza, la desigualdad creciente y los cambios que tienen que ver con la digitalización, el cambio climático o los giros geopolíticos han creado “un ambiente bastante abierto para los mensajes de gente que ofrece soluciones muy simples y totalmente inefectivas y equivocadas para asuntos muy complejos”, en alusión indirecta pero clara a la extrema derecha.

Ese ha sido uno de los mensajes que han dejado Calviño y Georgieva tras otra reunión del Comité que, como sucedió en primavera, no ha podido emitir un comunicado conjunto por el bloqueo de Rusia, un veto a la unanimidad que que Calviño ha criticado. La vicepresidenta económica española, no obstante, ha asegurado que en la reunión ha habido una contundente llamada a Moscú para poner fin a la guerra contra Ucrania, un conflicto que, ha asegurado, “es el elemento más importante que está provocando la ralentización de la economía, generando inflación, volatilidad, inseguridad alimentaria y energética e incertidumbre”. “La paz es la herramienta de política económica más importante en este momento”, ha dicho también.