Varias decenas de civiles afganos y dos diplomáticos rusos de la embajada de este país en Kabul, la capital de Afganistán, han muerto este lunes por la mañana en un ataque suicida que tenía como objetivo el edificio gubernamental ruso. 

"Ha sido un ataque suicida, pero antes de que el atacante pudiese llegar a su objetivo, nuestras fuerzas le eliminaron", ha dicho a la prensa el portavoz del Ministerio del Interior talibán, Abdul Nafy Takor

Sin embargo, los guardas de la embajada no pudieron evitar que el hombre, antes de ser abatido, detonase sus explosivos delante de la puerta del recinto. Según la cadena Al Jazeera25 civiles afganos —reunidos ante el recinto de la embajada rusa para tramitar sus visados— habrían muerto por el ataque, citando fuentes médicas. Los talibanes, que rara vez dan cifras de civiles muertos en ataques en Afganistán, hablan únicamente de "decenas de heridos"

El grupo, en el poder en el país centroasiático desde agosto de 2021, intenta minimizar estos ataques, que son constantes, para dar una imagen de estabilidad y seguridad tras su victoria el año pasado y el "final", según anunciaron ellos mismos, de la guerra afgana.

"Sin ninguna duda estamos hablando de un acto terrorista, algo completamente inaceptable", ha dicho este lunes por la mañana en rueda de prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. Nadie ha reclamado la autoría del ataque. Sin embargo, todas las miradas apuntan al Estado Islámico del Gran Jorasán, la filial local del grupo yihadista. 

"Esperamos que los organizadores y perpetradores de este ataque sufran su debido castigo en el futuro próximo", ha dicho el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.

Ataques constantes

Desde la victoria de los talibaneslos combates y la violencia en Afganistán se han reducido drásticamente; lo que no significa que hayan terminado. Los ataques y atentados del EI son constantes en el país centroasiático, y tienen sobre todo como objetivo a la minoría hazara del país.

Pero los miembros del EI también atacan a los talibanes, y en las zonas rurales del sur afgano —donde los yihadistas tienen más presencia— las emboscadas y combates entre talibanes y miembros del Estado Islámico ocurren casi a diario. 

El último ataque del grupo fue el pasado viernes en la ciudad de Herat, donde los terroristas detonaron durante el rezo del mediodía un explosivo colocado dentro de una mezquita. Murieron 18 civiles, entre ellos un miembro importante dentro de la jerarquía ideológica de los talibanes.