La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, instó este lunes a China a usar su posición como miembro permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU para condenar la invasión rusa de Ucrania perpetrada el pasado 24 de febrero y así impulsar el fin de la guerra.

"Como miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y de acuerdo con su compromiso con la Carta de la ONU, seguimos instando a China a que deje claro que no apoya la invasión rusa" dijo Ardern en un discurso en la Cumbre Empresarial China que se celebró hoy en Auckland, la ciudad más poblada de Nueva Zelanda.

La primera ministra agregó que su Gobierno ha "pedido a China que utilice su acceso e influencia para ayudar a poner fin al conflicto".

La mandataria laborista -que se había mantenida cautelosa en sus declaraciones respecto a China en los últimos años- ya había criticado la "incapacidad" del Consejo de Seguridad de la ONU por el bloqueo que ejerce Rusia a su derecho a veto al tratar la invasión de Ucrania durante un discurso el mes pasado en Sídney.

Ardern también insistió en que su país aboga por el respeto de las normas internacionales y el uso de la diplomacia, en un escenario de "crecientes tensiones o riesgos en la región, ya sea en el Pacífico, en el Mar de la China Meridional o en el Estrecho de Taiwán".

"Como la historia nos demuestra repetidamente, cuando los grandes países desprecian la soberanía y la integridad territorial con una sensación de impunidad, no es un buen augurio, especialmente para los países pequeños como Nueva Zelanda", matizó.

En los últimos meses, países como Nueva Zelanda, Australia y Estados Unidos, entre otros, han expresado su preocupación ante la expansión militar, económica y diplomática de Pekín en la región del Indopacífico, especialmente tras la firma de un acuerdo de seguridad el pasado abril entre China e Islas Salomón que abre la puerta al envío de sus fuerzas de seguridad a pedido de Honiara.

En ese marco, la mandataria neozelandesa remarcó que la relación con Pekín es una de las "más importantes y complejas", al mencionar que los dos países mantienen "diferencias" importantes en materia de derechos humanos, coerción económica, seguridad del Pacífico, así como los contenciosos sobre la situación en Xinjiang y Hong Kong.

"Pero incluso cuando China se vuelve más asertiva en la búsqueda de sus intereses, sigue habiendo intereses compartidos en los que podemos y debemos cooperar", precisó Ardern.

El gobierno de Ardern enfureció a Pekín por emitir un comunicado el pasado junio junto al presidente estadounidense, Joe Biden, en el que expresaron las "preocupaciones compartidas" sobre la influencia de Pekín en el Pacífico tras conocerse la intención china de suscribir un acuerdo de seguridad con diez naciones de esa región.