El nuevo Gobierno de Sri Lanka, formado hace una semana tras la salida del expresidente Gotabaya Rajapaksa, comienza a buscar reformas profundas para poder acceder a programas de asistencia que le permitan devolver la estabilidad financiera de la nación.

Como parte de las reformas que apuntan en esa dirección, el ministro de Energía esrilanqués, Kanchana Wijesekera, anunció este viernes la necesidad de la reestructuración de la estatal Junta de Electricidad de Ceilán (CEB), el único generador, transmisor y distribuidor de electricidad del país.

“Espero obtener la aprobación del Gabinete para comenzar la división de CEB con Generación, Transmisión y Suministro. Si bien también se necesitan ajustes tarifarios, tiene que ser con un plan para reducir el costo de Generación con más Energía Renovable”, informó el ministro en Twitter.

La grave crisis económica de Sri Lanka, que ha secado sus reservas en divisas, ha dejado a la nación sin liquidez suficiente para adquirir recursos energéticos, combustible o gas, lo que ha degenerado en un riguroso racionamiento eléctrico diario.

Urgido de un préstamo que le permita al país pagar a los proveedores para el envío de bienes esenciales, alimentos, medicinas, o combustible, Sri Lanka debe, entre otros asuntos, reducir sus gastos estatales y establecer políticas sostenibles, señaló a Efe el analista político Aruna Kulatunga.

El anuncio del Ministerio de Energía llega un día después de que, en un comunicado, el Banco Mundial (BM) informase que no planea ofrecer nueva financiación a Sri Lanka hasta que el país tenga "un marco de política macroeconómica adecuado".

De acuerdo con el BM, la nación de 22 millones de habitantes “requiere reformas estructurales profundas que se centren en la estabilización económica y también en abordar las causas estructurales que crearon esta crisis para garantizar que la recuperación y el desarrollo futuros de Sri Lanka sean resilientes e inclusivos”.

La posición del BM hace eco de la postura del Fondo Monetario Internacional, con quien la nación isleña está negociando actualmente un programa de rescate, y que ha pedido también importantes reformas para dar asistencia financiera.

En este sentido, “es alentador notar el Ministerio de Energía dio este viernes el primer paso para la ruptura largamente planeada, pero no ejecutada, del monopolio estatal de electricidad”, opinó Kulatunga.

A juicio del analista, las agencias multilaterales están esperando que el FMI sea quien tome la iniciativa en el proceso y negocie los recortes necesarios en términos de reformas estructurales profundas y dolorosas, especialmente en las empresas estatales muy problemáticas, antes de intervenir.

Sri Lanka afronta la peor crisis económica desde su independencia del Imperio británico en 1948, provocada en parte por el gran endeudamiento, erradas políticas gubernamentales, y el impacto de los atentados de Pascua y la pandemia en el turismo.