Último viernes de Ramadán en Jerusalén. Misma tensión que los anteriores. Al menos 42 palestinos han resultado heridos en los choques con agentes de la policía israelí en la Explanada de las Mezquitas. Desde bien entrada la madrugada, las fuerzas israelís han irrumpido en el complejo sagrado y han respondido con gases lacrimógenos, granadas aturdidoras y balas de goma al lanzamiento de piedras de los devotos musulmanes. Todos los viernes de este mes sagrado ha habido disturbios y enfrentamientos violentos entre la juventud palestina y la policía israelí en un clima de tensión que amenaza con escalar. 

Según los agentes, los palestinos dentro del recinto de la mezquita Al Aqsa comenzaron a arrojar piedras y fuegos artificiales al amanecer en dirección a una puerta fuertemente custodiada. Antes de este viernes, la policía israelí desplegó miles de oficiales en la zona en previsión de que decenas de miles de fieles musulmanes acudirían a participar en las oraciones. A principios de esta semana, unos 250.000 fieles se reunieron para Laylat Al Qadr, una noche de intensos rezos para marcar el momento en que el profeta Mahoma recibió el Corán. Sólo en la noche del jueves fueron 70.000 los que se congregaron en Al Aqsa.

La mezquita ha vuelto a ser escenario de incursiones de las fuerzas israelís, donde se atrincheraron los jóvenes palestinos. La policía intentó derribar las puertas. Han informado del arresto de tres personas mientras que la Media Luna Roja ha afirmado que más de una veintena de heridos han tenido que ser hospitalizados. La semana pasada, Walid al Sharif, un jerosolomitano de 21 años, recibió el impacto de una bala de goma en la cabeza y sigue en estado crítico. Su familia ha confirmado que ha sufrido lesiones cerebrales extensas y sigue inconsciente. 

Amenazas de muerte

Tras una hora de duros enfrentamientos, ambos bandos han retrocedido y los fieles musulmanes han podido empezar a acceder al complejo sagrado para realizar sus oraciones. También las aguas parecen haberse calmado en el seno de la frágil coalición de gobierno. El partido árabe Raam volverá al redil después de haber boicoteado la alianza a principios de mes por los choques en Jerusalén. Una larga reunión este miércoles entre su líder, Mansour Abbas, y el ministro de Relaciones Exteriores, Yair Lapid, ha resultado en un acuerdo para reanudar su participación en la coalición cuando la Knesset, el Parlamento israelí, finalice su receso el 9 de mayo. 

Por su parte, el primer ministro Naftali Bennett vive días inquietos. Durante esta semana, el mandatario y su familia han recibido dos cartas con una bala y una amenaza de muerte. “Dimite o haremos daño a tu familia”, decía la segunda misiva recibida este jueves por Yoni, su hijo de 15 años. La policía ya está investigando las cartas, que contenían “amenazas de muerte detalladas” hacia los Bennett, y se ha reforzado la seguridad de los cuatro hijos del primer ministro y de su mujer Gilat.