Ucrania rechazó este domingo de plano la demanda de rendición de los militares que aún mantiene en la sitiada ciudad de Mariúpol, a los que el Ejército ruso prometió preservarles la vida a cambio de que depongan las armas.

"La ciudad no ha caído. Todavía están nuestros soldados y lucharán hasta el final. Por ahora siguen en Mariúpol", afirmó el primer ministro de Ucrania, Denis Shmyhal, en una entrevista con la cadena estadounidense ABC.

El mando militar ruso aseguró que el Gobierno de Kiev prohibió a sus militares - cercados en la planta siderúrgica Azvovstal en esa ciudad del este ucraniano -, rendirse bajo pena de fusilamiento.

"El régimen nacionalista de Kiev, según comunicaciones interceptadas, ha prohibido negociaciones de rendición y ordenado a los nazis de (el regimiento)'Azov' fusilar a los militares y mercenarios extranjeros que quieran rendirse", dijo el portavoz de Ministerio de Defensa de Rusia, Ígor Konashénkov.

Agregó que, de acuerdo con las declaraciones de los militares ucranianos que han caído prisioneros, la agrupación sitiada en el territorio de Azovstal cuenta en su filas con "hasta 400 mercenarios extranjeros".

"La mayoría de ellos son ciudadanos de países europeos, y también de Canadá", añadió, para advertir de que "en caso de que continúen oponiendo resistencia todos serán aniquilados".

Hasta 2.500 efectivos

Según el presidente de la Duma del Estado o Cámara de Diputados de Rusia, Viacheslav Volodin, en la planta metalúrgica se encuentran hasta 2.500 efectivos ucranianos.

La demanda de rendición tenía muy pocos visos de ser atendida por los militares ucranianos, que presentan una resistencia numantina a las tropas rusas y a las milicias de la autoproclamada república popular de Donetsk (RPD, prorrusa), reconocida por Moscú como Estado Independiente

Ya este sábado el líder de la RPD, Denis Pushilin, señalaba que los batallones nacionalistas que permanecen en Mariúpol "no tienen la intención de rendirse y, por tanto, deben ser aniquilados".

La estratégica Mariúpol, junto al mar de Azov, es uno de los principales objetivo de los rusos en su esfuerzo por lograr el total control de la región del Donbás y formar un corredor terrestre en el este del país hasta la anexionada península de Crimea.

Según la alcaldía de la ciudad, hasta 20.000 civiles han muerto en desde el inicio de la llamada "operación militar especial" rusa en Ucrania y unos 120.000 habitantes permanen en Mariúpol en condiciones de precariadad extrema.

Zelenski advierte contra una matanza de sus militares

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha advertido de que una matanza los militares ucranianos en Mariúpol podría ser el "punto final" de las negociaciones con Rusia.

Según el presidente de la Duma rusa, el Gobierno de Kiev utiliza las negociaciones para ganar tiempo mientras pide ayuda militar a la OTAN. Volodin subrayó que si a ZelensKI le preocupan los ciudadanos de Ucrania, debe adoptar de inmediato dos decisiones.

"Primero, retirar la tropas de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, y, segundo, fijar en un tratado el reconocimiento de Crimea (como territorio ruso) y el estatus neutral de Ucrania, así como la desnazificación y desmilitarización del país. No será de otra manera", recalcó.

En una entrevista con CNN, recogida este domingo por la agencia oficial ucraniana UNIAN, Zelenski subrayó que está dispuesto a negociar con Moscú, pero no en "condiciones de ultimátums".

"Podemos combatir y diez años con la Federación de Rusia", aseguró.

Según el mandatario, las posibilidades de acuerdo son cada vez menos, porque "llega el momento cuando nadie quiere hablar".

Siguen los ataques

Mientras, el Ejército ruso continuó sus ataque con misiles de alta precisión y fuego de artillería contra instalaciones ucranianas, entre ellas una fábrica de municiones en la región de Kiev.

Las autoridades de Járkov, ciudad ucraniana en el este de Ucrania próxima a la frontera con Rusia, imformaron hoy de que al menos cinco personas murieron y otras 13 resultaron heridas en un ataque con cohetes.