Rusia pasa a ser un estado paria en sus relaciones comerciales con Estados Unidos. Como respuesta a la guerra lanzada por el Kremlin en Ucrania, el Congreso de EEUU ha aprobado este jueves dos propuestas legislativas que ponen fin a las “permanentes relaciones comerciales normales” entre EEUU y Rusia (y también Bielorrusia) y abren la puerta a nuevos aranceles y vetan la importación de energía de Rusia. Ahora solo queda que el presidente, Joe Biden, que apoya y pidió la legislación, estampe su firma en las dos normas.

En el Senado las dos leyes han obtenido respaldo unánime. En la Cámara Baja, que ya había aprobado el mes pasado versiones ligeramente distintas de las normas, solo un puñado de republicanos han votado en contra de las propuestas modificadas. Concretamente, tres lo han hecho en la propuesta de ley sobre comercio y aranceles y nueve en la del veto a la energía.

El paso dado por Washington ya se había anticipado en marzo, cuando EEUU y el G-7 instaron a retirar de forma coordinada a Moscú sus beneficios comerciales como “nación más favorecida” en la Organización Mundial de Comercio (OMC). Pero esa medida necesitaba de la acción de los poderes legislativos nacionales, y esta en EEUU ha llegado este jueves.

El paso del Congreso también elevará a ley, una vez que la firme Biden, la orden ejecutiva que el presidente dictó limitando la importación de petróleo, gas y carbón rusos.

Golpe limitado

Aunque el golpe económico es limitado, dado que Rusia es solo el socio comercial 23 de EEUU según datos del censo, el impacto simbólico sí es de peso y muestra la determinación de EEUU por castigar y aislar a Rusia por la invasión de Ucrania. Además, y aunque en principio los aranceles en productos clave para Rusia como fertilizantes o uranio no se verían afectados, Biden tendrá autoridad una vez que firme para subirlos.