Ucrania comenzó este martes a evacuar a los primeros ciudadanos de Sumy, en el noreste del país, y continuó el traslado de civiles de Irpin, en la región de Kiev, pero no pudo hacerlo en la ciudad portuaria de Mariúpol, a orillas del mar interior de Azov, debido a ataques rusos.

Más de dos millones de personas han huido ya de Ucrania desde que empezó la invasión rusa hace trece días, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Después de tres días consecutivos de intentos de evacuación frustradas, este martes Ucrania y Rusia finalmente se pusieron de acuerdo para abrir un corredor humanitario de Sumy a Poltava, en el este del país, una ruta notificada previamente al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

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La viceprimera ministra ucraniana y ministra para la Reintegración de los Territorios Temporalmente Ocupados, Iryna Vereshchuk, explicó que no se había acordado ninguna otra ruta, después de que Rusia propusiera de nuevo este martes corredores humanitarios con destino a Rusia.

Señaló que la propuesta que ha transmitido Ucrania a Rusia y al CICR establece las siguientes rutas: Volnovaja-Zaporiyia, Mariúpol-Zaporiyia, Kiev y la región de Kiev, hacia el oeste ucraniano, y Járkov y la región de Járkov también hacia el oeste.

Poco después empezaron a partir autobuses desde Zaporiyia a Mariúpol para recoger a civiles y llevar ayuda humanitaria, en una misión que se frustró poco después.

Dos autobuses llenos parten de Sumy

La evacuación de Sumy comenzó a primera hora de la mañana con una primera columna de unos 20 autobuses llenos de ciudadanos, especialmente estudiantes extranjeros de la India, que ya llegó a Poltova.

A lo largo del día se temió que el proceso tuviera que ser suspendido. Sumy fue anoche objeto de un ataque ruso contra edificios residenciales, en el que hubo varias víctimas mortales, entre ellas dos niños.

Día trece de invasión a Ucrania

Día trece de invasión a Ucrania Vídeo: Agencia ATLAS | Foto: Reuters

Una segunda columna de más de 35 autobuses salió por la tarde de la ciudad - de casi 270.000 habitantes- con más de 600 personas en su interior.

Lenta evacuación en Irpin

Más de 300 kilómetros al oeste, en la región de Kiev, continuaba hoy la evacuación de la población de Irpin, donde la huida de la ciudad de casi 43.000 habitantes asediados por las fuerzas rusas se produce lentamente.

Este martes más de 150 personas fueron evacuadas, según Emergencias, que recalcó que el trabajo continúa.

En total, se asistió a casi 3.000 personas, agregó, que han tenido que abandonar la ciudad a través de un puente destruido.

El domingo una familia de cuatro miembros murió durante el proceso de evacuación cuando las fuerzas rusas dispararon contra civiles, según el alcalde, Oleksandr Markushin, quien indicó que fallecieron al menos ocho personas.

Pese a los ataques, la Policía y el Ejército pudieron sacar entre el lunes y el domingo a unas 400 personas, incluidos 50 niños.

Miles de personas huyen de Irpin cruzando el río

Miles de personas huyen de Irpin cruzando el río Agencia ATLAS | REUTERS

Una Mariúpol sin salida

Donde se frustró hoy de nuevo la evacuación fue en Mariúpol. Según las Fuerzas de Operación Conjunta, las tropas rusas comenzaron el ataque "exactamente en la dirección del corredor humanitario".

Mariúpol está totalmente bloqueada por las fuerzas rusas desde hace más de una semana y el alcalde, Vadim Boychenko, ha afirmado en varias ocasiones que la ciudad se encontraba al borde de una "catástrofe humanitaria", ya que se quedó sin electricidad, calefacción y agua debido a los constantes bombardeos del Ejército ruso.

En Mariúpol, por primera vez en décadas, probablemente la primera vez desde la invasión nazi, un niño murió de deshidratación.

Barricadas en Mariúpol. EP

"Escuchadme hoy, queridos socios (occidentales) el niño murió de deshidratación ¡en 2022!", dijo este lunes el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.

El mandatario se mostró hoy especialmente duro con Occidente, al afirmar en un nuevo videomensaje que Ucrania lleva "trece días escuchando promesas, trece días que nos están diciendo que habrá ayuda en el cielo, que habrá aviones, que nos los darán".

La culpa de cada muerte y de ciudades bloqueadas "es de los ocupantes, pero la responsabilidad de esto también recae en aquellos que, en algún lugar de Occidente, durante trece días en algún despacho, obviamente no han podido tomar una decisión necesaria", recalcó el mandatario.

Zelenski ordenó hoy además retirar a las fuerzas de paz ucranianas de todas las misiones para que puedan sumarse a la defensa del país en el norte, sur y este.

Rusia sigue bombardeando la periferia de Kiev

Rusia sigue bombardeando la periferia de Kiev Agencia ATLAS / Foto: EFE

El Mando General de las Fuerzas Armadas afirmó que Rusia centra sus esfuerzos en "crear las condiciones para tomar Kiev, Járkov, Chernígov, Sumy, Mariúpol, Mykolaiv y el acceso a las fronteras administrativas de las regiones de Donetsk y Lugansk".

Sin embargo, sostuvo que el ritmo del avance de las tropas se ha "ralentizado significativamente", algo que secundó el asesor presidencial, Oleksiy Arestovych, quien incluso añadió que "en algunas áreas se ha detenido prácticamente" y donde sí avanzan lo hacen en pequeños grupos y efectúan tareas de reconocimiento.

"Hay niños muertos"

Julia Lapina, de 33 años, empleada en una empresa de tecnología en Sumy (Ucrania), dijo con ironía amarga que había recibido "un regalo del ejército ruso" con motivo del Día Internacional de la Mujer. "Un regalo que hubiera rechazado con mucho gusto", agrega por teléfono.

"Estaba en la cocina, haciendo café, cuando se oyó un estruendo terrible sobre nuestra casa. Algo había explotado a unos cientos de metros de distancia", explicó.

La explosión, según Lapina, dejó muertes y destrucción y es seguro que no será "el último regalo de los rusos". "Sin embargo no nos rendiremos. Yo estoy lista para inscribirme en una unidad de defensa territorial y así piensan todos en Sumy. O casi todos", explica.

Julia ha vivido casi toda su vida en Sumy pero ahora apenas reconoce los alrededores de su casa, en la calle Romenskaya, que fue blanco de un bombardeo ruso.

"Hay muertos, desafortunadamente. Hay niños muertos", dijo Zhivitsky.

"También hubo bajas entre nuestros teroboronistas (combatientes de destacamentos de defensa territorial). Nuestros muchachos se enfrentaron a toda una columna de equipo enemigo, su automóvil fue tiroteado, hay heridos y lamentablemente cuatro jóvenes murieron en un combate desigual con los rusos. Nunca perdonaremos esto", agregó.

Julia dice que habló por teléfono con una colega de Akhtyrka, a unos 80 kilómetros de Sumy, y que esta lloró al contar que el centro de su ciudad había sido arrasado por completo.

El alcalde de Akhtyrka, Pavel Kuzmenko, escribió en su Facebook, que hubo dos ataques a la ciudad en el curso de la noche y que estos afectaron infraestructuras importantes como el alcantarillado, el suministro de agua potable y la red eléctrica.

Según la vice primera ministra, Irina Vereshuk, a lo largo del día se deberá abrir un corredor humanitario para la evacuación de personas de la región a lo largo de la ruta Sumy-Golubovka.

Pese a ello, Julia Lapina no piensa irse de Sumy y pide aviones para hacer disputarle a los rusos el dominio del espacio aéreo. "Ucrania necesita aviones, de lo contrario está pesadilla continuará", dijo.

Ella envió a sus padres al oeste de Ucrania pero ella ha decidido quedarse. "No me iré a ningún lado, estoy lista para resistir", dijo.

Con Julia viven cuatro adultos y dos niños. Uno de los adultos es Nikolai, de 51 años, comerciante y dueño de varias tiendas en la ciudad. "Al principio mi odio contra los rusos era ardiente pero ahora es frío. Mi corazón está congelado en relación con los rusos. Ya sean militares o civiles, soy frío con ellos", explicó.

Nikolai asegura haber intentado inútilmente establecer comunicación con los rusos e incluso con familiares suyos que han vivido y trabajado en el norte de Rusia durante mucho tiempo.

"No he podido explicarles lo que está pasando aquí. Para ellos, esta es una operación militar contra los nazis ucranianos. Para nosotros es una guerra patriótica por la libertad", segura.

"Los rusos están zombificados por sus medios. Y además tienen mucho miedo no solo de hablar, sino también de escuchar la verdad, incluso de nosotros, sus familiares", dijo Nikolai por teléfono a EFE.

Nikolai tiene prisa por abrir sus tiendas y comercializar los productos restantes. Es extremadamente difícil importar nuevos debido a la guerra.

"La luz y el agua sigue ahí. Los productos también, pero no sé cuánto durarán. La casa tiene un sótano. esperamos que el nos ayudará a sobrevivir", dice este residente de la ciudad de Sumy y se pone a trabajar.