Xi Jinping, el presidente chino, ha apelado a la solidaridad global para vencer la pandemia frente a las tácticas divisorias. No ha sido la única referencia encubierta a Estados Unidos durante su discurso en el Foro Económico Global ni tampoco la más sorprendente. Su intervención, la tercera en el mismo escenario, ha discurrido por caminos tan trillados como efectivos. Por ahí también ha aparecido la defensa de los desfavorecidos y los ataques al proteccionismo sazonados con las floridas metáforas al uso. 

 “Los hechos han demostrado una vez más que, en las embravecidas corrientes de la crisis global, los países no navegan en 190 pequeños barcos sino en uno gigante que agrupa el destino común”, ha alertado Xi. “Los pequeños botes no sobrevivirán pero el grande es suficientemente poderoso para lidiar con la tormenta”, ha sentenciado.

La aclaración llega en uno de tantos momentos tensos entre las dos superpotencias. El relevo en la Casa Blanca de Donald Trump por Joe Biden ha bajado algunos decibelios de aquel fragor cotidiano pero persisten diferencias insalvables en asuntos como Taiwán o Hong Kong, la propiedad intelectual y el comercio. 

Cerradas ovaciones

“La Historia siempre demuestra que la confrontación no resuelve problemas sino que trae consecuencias catastróficas”, ha añadido Xi, que ha pedido de nuevo que se entierre la mentalidad de la guerra fría. “Es comprensible que los países tengan divergencias y desacuerdos pero la búsqueda de la ganancia propia a costa de las pérdidas del contrario no ayuda”, ha afirmado. 

El foro, que tradicionalmente tenía lugar en Davos, se celebra por segundo año consecutivo por videoconferencia debido a la pandemia. El presidente de un país nominalmente comunista había disfrutado de las cerradas ovaciones en ediciones anteriores de los líderes globales y variados ricachones con sus defensas del libre mercado, la globalización, las fronteras abiertas y el resto del arsenal léxico con el que Estados Unidos había regido en el mundo antes de la irrupción de Trump. Biden difumina el contraste pero Xi ha perseverado en el mensaje. “Ni el proteccionismo ni el unilateralismo protegen a nadie sino que afectan a los intereses ajenos y al propio” ha afirmado. También ha aludido al “matonismo y actitudes hegemónicas” en la enésima mención al elefante en la habitación. 

Fórmula china

Xi participaba este lunes en el foro con las cifras apuntalando su estrellato. Horas antes se sabía que la economía nacional había crecido un 8% el pasado año y los rebrotes en la presunta cuna de la pandemia apenas suman centenares de casos mientras el mundo los cuenta por millones. La fórmula china, con cuarentenas y testeos masivos, es difícilmente exportable al mundo.

El remedio, ha propuesto Xi, pasa por la solidaridad con los países en vías de desarrollo en asuntos como las vacunas y estrategias económicas responsables. En esa línea alertó contra las políticas fiscales restrictivas que barajan Washington y Bruselas porque “supondrán retos a la estabilidad financiera y económica y los países en desarrollo pagarán la factura”.