El presidente del Parlamento Europeo (PE), David Sassoli, entregó este miércoles el premio Sájarov a la libertad de conciencia a la hija del líder opositor ruso Alexei Navalni, Daria Navalnaya, que aceptó el premio en nombre de su padre y advirtió contra los "flirteos y concesiones" a los dictadores y tiranos del mundo.

Navalni, galardonado con este premio en su edición de 2021 tras haber sido nominado también en 2019, sigue encarcelado en una prisión rusa acusado de violar los términos de su libertad condicional por no presentarse a las autoridades mientras se recuperaba de un intento de envenenamiento en agosto de 2020 que él atribuye al Kremlin.

Una silla vacía en el hemiciclo europeo representó la ausencia del líder opositor en la entrega de este premio, dotado con 50.000 euros y que reconoce una contribución extraordinaria a la lucha por la libertad de pensamiento y que recogieron en su nombre su hija y su jefe de gabinete, Leonid Volkov, exiliado en Lituania.

En un celebrado discurso, Navalnaya rechazó ante el pleno "a quienes abogan por relaciones pragmáticas con dictadores" y les instó a "abrir un libro de historia" para ver que "la pacificación de dictadores y tiranos nunca funciona". "No importa cuánta gente intente engañarse y espere que otro pirado que se aferra al poder se comportará de forma decente en respuesta a concesiones y flirteos: esto nunca sucederá. La esencia del poder autoritario involucra un constante aumento en agresiones y la búsqueda de nuevos enemigos", incidió la joven.

La veinteañera, estudiante universitaria, recordó cómo los ataques y asesinatos a líderes de la oposición en Rusia comenzaron a tiros, como el de Boris Nemtsov, y ahora han pasado a las armas químicas, como la toxina Novichok empleada contra su padre en agosto de 2020 que entró al cuerpo del opositor a través de un té envenenado. "Estuvieron a punto de matar a mis padres y nadie puede garantizar que mañana no haya políticos europeos muriendo después de tocar el pomo de una puerta", advirtió Navalnaya, que alertó sobre el peligro de ceñirse al pragmatismo de emitir únicamente condenas y de intentar "apaciguar" a los dictadores.

La joven explicó que, cuando le preguntó a su padre qué mensaje quería transmitir al Parlamento Europeo, Navalni le pidió desde la cárcel que trasladara que Rusia en ningún caso "equivale al régimen de (el presidente ruso, Vladímir) Putin", ya que "Rusia es parte de Europa y lucharemos por ser una parte de Europa", pero insistió en que también quieren "que Europa luche por sí misma".

"Queremos la Europa de las ideas, de la celebración de los derechos humanos, la democracia y la integridad. No queremos la Europa de los cancilleres y los ministros que sueñan con conseguir un puesto en la junta directiva de las empresas estatales de Putin o con navegar en el yate de un oligarca", subrayó.

Daria Navalnaya, hija de Alexei Navalni, recoge el premio en Estrasburgo. EFE

Recuerdo a Sájarov

Por su parte, Sassoli transmitió a Daria que Andréi Sájarov, el físico nuclear soviético y activista en favor de los derechos humanos que da nombre a este galardón, estaría "entre triste y orgulloso" de ver como, treinta años tras la caída de la Unión Soviética, un compatriota suyo recibe un reconocimiento por su lucha por la libertad de pensamiento. El italiano instó de nuevo a la libertad incondicional e inmediata del líder opositor ruso y, como es tradición en la entrega anual de este premio, también pidió la salida de la cárcel de otros laureados con el Sájarov, como el académico y activista uigur Ilham Tohti o la Dama de Blanco Aymara Nieto Muñoz, quien lleva más de tres años en una prisión de Cuba.

Navalni, uno de los líderes más prominentes de la oposición frente a Putin, fue gravemente envenenado durante un viaje a Siberia en agosto de 2020.

El ataque, cuya autoría el activista atribuye al Gobierno ruso, le dejó en coma durante varias semanas, aunque acabó recuperándose en Berlín y volvió a Moscú en enero de 2021, donde fue detenido por faltar a sus citas con el juez de su libertad condicional por estar, precisamente, ingresado en el hospital.

Navalni fue condenado entonces a dos años y medio de cárcel y recluido en una prisión de la región de Vladímir, a unos 200 kilómetros de Moscú, desde donde ha denunciado en varias ocasiones que no se le proporcionan cuidados médicos adecuados.

El premio Sájarov, dotado con 50.000 euros, premia una contribución extraordinaria a la protección de la libertad de conciencia y supone el máximo homenaje rendido por la Unión Europea a la labor en el ámbito de los derechos humanos.