Un hombre ha sido imputado por haber llevado consigo un arma cargada durante el asalto al Capitolio, que tuvo lugar el 6 de enero cuando la Cámara Baja ratificaba la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales.

El acusado, identificado como Mark Mazza, ha sido imputado por cinco delitos federales, entre ellos posesión de armas en el recinto del Capitolio, asalto y resistencia a la autoridad, entre otros.

Sin embargo, durante sus declaraciones ante la comisión que investiga lo sucedido aquella jornada, Mazza ha matizado que, en caso de haber encontrado a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, aquel día, "estaríamos aquí por otro motivo", tal y como señalan una serie de documentos a los que ha tenido acceso la cadena de televisión CNN.

Según los investigadores, el hombre perdió su arma durante un enfrentamiento con la Policía en la terraza que se encuentra en la zona occidental la planta baja del edificio del Capitolio. Los agentes recuperaron posteriormente la pistola, un revólver Taurus que tenía balas dentro.

Los investigadores dieron con él después de que comunicara a la Policía que su pistola había sido robada de su coche en Ohio, si bien posteriormente admitió ante el FBI que dicha denuncia era falsa. Mazza también negó haber asaltado a la Policía aquel día, aunque imágenes grabadas por las cámaras de seguridad muestran cómo intentó pegar a los policías con un bate.

Sin embargo, ha asegurado que jamás llegó a hablar con Nancy Pelosi y ha dicho que estaba preparado para rendirse porque "quizá así quedaba como un héroe". Además, se ha descrito como un patriota "no violento". Por el momento han sido imputadas más de 650 personas desde que se produjo el asalto.