"Zurdos de mierda, están perdiendo la batalla". La ultraderecha argentina encontró su mesías: Javier Milei, un ex portero de fútbol y excantante de una banda de heavy metal que, gracias a las pantallas televisivas, se convirtió en un exitoso predicador del neoliberalismo extremo. Al compás vociferante de este economista, un sector político hasta hace poco minoritario, puede convertirse este domingo en un inédito fenómeno electoral.

Los sondeos previos a las elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) que funcionan como un termómetro casi exacto de lo que sucederá en los comicios legislativos del 14 de noviembre, otorgan a los libertarios hasta 12 puntos en la capital. Milei es el artífice de este crecimiento: sus gritos de guerra contra la "casta política" han calado en un sector juvenil que ha perdido toda esperanza. Todos en este país son sospechosos de ser izquierdistas encubiertos a los ojos de Milei, hasta Horacio Rodríguez Larreta, el alcalde capitalino y uno de los líderes de la derecha moderada. "¿Sabes qué? A un liberal no le puedes lustrar ni los zapatos, sorete. Te puedo aplastar aún en silla de ruedas", le espetó. "Argentina necesita lo contrario, que consensuemos, que trabajemos juntos", le respondió el alcalde.

A los 50 años, y después de participar de varias discusiones escandalosas en los medios, Milei decidió que era el momento de probar suerte en la política. Su crecimiento en las encuestas no hizo más que potenciar la agresividad retórica. La estridencia no tardó en llamar la atención de los Bolsonaro en Brasil. "No solo nos encanta dejar a los zurdos locos, sino que nos une la libertad. Me encantaría visitarlo en Argentina", le escribió el diputado Eduardo Bolsonaro. Milei le agradeció las palabras, elogió a su padre, y lo invitó a formar una entente regional para frenar a la izquierda y a las "tibias palomas" que son "funcionales" a su avance.

Guerra contra el Estado

Milei jugó en Chacarita Juniors, un equipo que llegó a ser campeón de las divisiones mayores, cuando él era un niño y, según confesó, era objeto de violencia psicológica por parte de su padre. Su melena ensortijada lo muestra como recién salido de la ducha. Algunos creen que utiliza un peluquín, pero él asegura que sus cabellos son los de un libertario que nunca se peina. Más allá de sus excentricidades, tiene un programa claro: el Estado es "un enemigo" y hay que derrotarlo. "Estoy en contra de todos los impuestos", abunda. Pero, ante todo, se calza su armadura para dar batalla contra un comunismo imaginario en toda trinchera que se le presente. "No podemos seguir abrazando los valores morales del socialismo, que son la envida y el resentimiento", añade. 

Antiabortista y defensor del uso de las armas, con algo de Vox y otro poco de Donald Trump, a Milei le habría gustado que su estrella coincidiera con la del anterior presidente de Estados Unidos, quien, dijo "iba por buen camino". Su entrada al Congreso se da como segura y, muy posiblemente también la de Victoria Villaruel, la segunda candidata de su Frente Libertad Avanza. Ella preside el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (CELTyV) que, entre otras cosas, minimiza la dimensión de las violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura militar (1976-83).

Fenómeno más amplio

La figura de Milei es parte de una constelación mayor. Solo en el populoso distrito bonaerense se presentan 12 listas de candidatos de diferentes formaciones ultraderechistas. Esa variedad de oferta no tiene precedentes. Entre los aspirantes a llegar al Parlamento se encuentran el economista José Luis Espert, el neonazi Alejandro Biondini y la exvedette Cinthia Fernández, quien decidió hacer campaña con apenas un portaligas frente a la sede parlamentaria. De acuerdo con la consultora Zuban-Córdoba, un 13, 3% de las personas entrevistadas se considera de "derecha", casi un 10% de centro derecha y poco más de 2% de extrema derecha. Nunca antes en Argentina un conservador, incluso en sus expresiones más radicales, se reconocía como tal: solía presentarse en sociedad como liberal e, inclusive, de centro. Ese pudor ha terminado por completo.

Hay, además, un excombatiente en la guerra de Malvinas, Juan José Gómez Centurión, y una representante del evangelismo, Cinthia Hotton. Muchos de los competidores esperan ser beneficiarios de la ola Milei. "No venimos a arrear corderos, sino a despertar leones", suele decir en sus actos públicos. Esos rugidos ya han dejado de tomarse en broma.