“Hemos visto a países de fuera de la Unión Europea proponerse para acoger a solicitantes de asilo afganos pero no hemos visto a un solo Estado miembro hacer lo mismo”. El presidente del Parlamento, David Sassoli, considera “decepcionante” la respuesta dada hasta el momento por los gobiernos europeos a Afganistán, y particularmente la posición común cerrada este martes por los ministros de interior de la UE sobre Afganistán, y lo ha dicho alto y claro en el Foro Estratégico de Bled organizado por la presidencia semestral de la UE, que lidera Eslovenia y al que han acudido el presidente de la UE, Charles Michel, y varios mandatarios europeos. “Todo el mundo ha pensado en los que han trabajado con ellos y en sus familias pero nadie ha tenido el coraje de ofrecer refugio a aquellos cuyas vidas todavía están en peligro”, ha criticado.

El político italiano ha aprovechado este foro para recordar que la UE no puede pretender que “la cuestión afgana” no le concierte porque también ha participado en la misión liderada desde Washington compartiendo objetivos y propósitos. Al igual que el alto representante para la política exterior de la UE, Josep Borrell, considera que una voz europea "fuerte y común en la escena internacional es más necesaria que nunca” y que “esto va de la mano con la necesidad de avanzar juntos hacia una verdadera política común de seguridad y defensa”. Sin ella, “seguiremos dependiendo de la buena voluntad de otras grandes potencias y nos expondremos a las amenazas de regímenes autoritarios”, vaticina Sassoli. 

Se trata de un viejo debate que hasta ahora ha dividido más que unido a los Estados miembros -entre aquellos que defienden una Europa más autónoma y quienes apuestan por seguir fiando la defensa exclusivamente a la OTAN- y que la desastrosa y caótica salida de Afganistán ha puesto de nuevo en lo alto de la agenda europea. “Tiene que servirnos de llamada de atención para todos aquellos que se preocupan por la alianza atlántica. Estados Unidos comprensiblemente no lo quiere hacer todo. Europa tiene que invertir más en sus capacidades de seguridad y desarrollar la habilidad de pensar y actuar en términos estratégicos”, ha defendido este miércoles el jefe de la diplomacia europea en un artículo de opinión publicado en el New York Times. 

Tropas europeas

Entre las ideas para impulsar esta autonomía, en el marco de la llamada ‘Brújula estratégica’ o ‘Strategic Compass’ -la nueva estrategia en materia de seguridad y defensa que diseña la Unión Europea para los próximos años y que debería ver la luz bajo presidencia francesa de la UE en primavera de 2022- figura la creación de una fuerza de reacción rápida de 5.000 soldados que pueda desplegarse con rapidez en caso de necesidad. Una idea que, al igual que la situación de Afganistán, estará sobre la mesa de los ministros de defensa y de exteriores en el encuentro informal que tiene lugar este jueves y viernes en Eslovenia. “Es obvio que antes o después la UE debe estar en disposición de hacer operaciones como estas”, aseguran fuentes del servicio de acción exterior de la UE en referencia a la evacuación del aeropuerto de Kabul.

Borrell, señalan las mismas fuentes, está dispuesto a hacer avanzar esta discusión -ya hubo un primer debate en mayo pasado- pero “son los Estados miembros los que deben decidir si formar esta fuerza” que podría construirse a partir de los llamados ‘batllegroups’, unidades militares multinacionales que hasta nunca han llegado a utilizarse. “Nunca se han desplegado en la práctica pero el concepto sigue vivo. Lo que queremos con la nueva idea es que la fuerza (de reacción rápida) sea más desplegable”, explican las mismas fuentes. “Sería mucho más grande que los batallones, con diferentes niveles de disponibilidad que animaría a los Estados miembros a contribuir. Las tropas se ejercitarían juntas y podríamos pagar los costes comunes con el presupuesto de la UE y parte de los costes de despliegue”, sostienen fuentes diplomáticas europeas que entienden que una fuerza de este tipo “nos permitiría reaccionar si hay una situación que se deteriora rápidamente fuera de las fronteras de la UE”.

Sobre la mesa de los jefes de la diplomacia europeos este jueves y viernes también estará la situación en Afganistán y las relaciones con el gobierno talibán. Aunque el reconocimiento no está sobre la mesa, fuentes europeas reconocen que “es obvio” que hay que “hablar con los talibanes” porque serán una parte importante del futuro gobierno de Afganistán y porque tendrán que dialogar para que sigan permitiendo a las oenegés actuar sobre el terreno libremente. “Cómo de lejos iremos, dependerá de lo lejos que vayan las decisiones de los talibanes. Si van en una dirección diferente a hace veinte años podremos hablar. Si imponen un emirato tendremos problemas extraordinarios”, auguran.