Nagasaki conmemoró hoy el 76 aniversario del bombardeo nuclear a esta ciudad nipona con un llamamiento a la comunidad internacional para lograr un mundo sin armas atómicas, y en especial al Gobierno japonés para que se muestre más proactivo en lograrlo.

En la ceremonia conmemorativa que comenzó con un minuto de silencio a las 11:02, la hora exacta de la explosión, el alcalde de Nagasaki, Tomihisa Taue, alabó el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, al que calificó como "un nuevo horizonte" para lograr la desaparición de este tipo de armamento.

"Cuando el tratado entró en vigor en enero fue la primera vez en la historia de la humanidad que existió una ley internacional que estableciera claramente que las armas nucleares son inequívocamente ilegales", dijo Taue en su alegato antinuclear, en el que pidió a las potencias atómicas que lo firmen y ratifiquen lo antes posible.

Los Estados nucleares "deben enfrentar la realidad de que pensar en las armas atómicas como necesarias para defender a sus países bajo la 'disuasión nuclear' en realidad hace que el mundo sea un lugar más peligroso", declaró la máxima autoridad municipal ante unos 500 invitados a la ceremonia, que un año más fue de perfil bajo por la pandemia.

Ninguna de las potencias nucleares han firmado el pacto, y tampoco Japón, que se encuentra amparado bajo el paraguas nuclear de EE.UU.

Taue clamó por crear un "paraguas no nuclear", en lugar de un "paraguas nuclear" y pidió al Gobierno de su país que se una como observador en la primera reunión de los Estados miembros del tratado para la prohibición de este armamento, que se celebrará en 2022, y que aporte su experiencia en la asistencia a las víctimas.

Pero el primer ministro nipón, Yoshihide Suga, evitó cualquier mención a dicho tratado en su discurso y abogó por la postura actual del país de apoyar el tratado de no proliferación nuclear para la consecución de un mundo más seguro.

La bomba nuclear "Fat Man" estalló sobre Nagasaki el 9 de agosto de 1945, tres días después de que Estados Unidos arrojara la primera arma nuclear sobre población civil en Hiroshima.

Se estima que sólo en Nagasaki unas 74.000 personas murieron por el bombardeo a finales de ese año.

Según datos gubernamentales, el número de supervivientes, también conocidos como "hibakusha", era de 127.755 el pasado marzo, 8.900 menos que un año antes, y la media de edad es de casi 84 años, lo que está generando preocupación en la comunidad sobre las labores de transmisión de sus testimonios para evitar un ataque similar.

"Hiroshima será recordado eternamente en la Historia como el primer lugar en sufrir un bombardeo atómico, pero que Nagasaki siga ocupando su lugar como último depende del futuro que construyamos", dijo Taue, que pidió que el ciclo de 25 años que se abre en 2021 sirva para acabar con estas armas antes del centenario del ataque.