Este lunes por la noche en los cielos de Nueva York habrá fuegos artificiales y el Empire State, el One World Trade Center, la estación de Grand Central o, en el norte del estado, las cataratas del Niágara, se van a teñir de azul y oro. Son los estallidos con que la ciudad y el estado van a marcar un hito en la lucha contra la pandemia de coronavirus, uno que permite vez la ansiada luz al final del túnel: se ha alcanzado el 70% de población adulta que ha recibido al menos una dosis de las vacunas, una marca que ha permitido al gobernador, Andrew Cuomo, anunciar el levantamiento de prácticamente todas las medidas restrictivas que se seguían aplicando a negocios y reuniones sociales para contener la propagación del virus.

El levantamiento de esas medidas tiene efecto inmediato. Eso significa que los restaurantes ya no tienen que mantener las mesas en sus interiores a la hasta ahora impuesta distancia de seis pies (1,8 metros), que los cines pueden volver a vender el aforo completo, que ya no se impondrán estrictos protocolos de desinfección en los gimnasios, que peluquerías y salones de belleza no tendrán que recopilar la información de contacto de sus clientes o que se podrá entrar en edificios sin que a uno se le tome la temperatura, aunque los negocios privados pueden optar por mantener voluntariamente medidas.

El estado además seguirá adhiriéndose a las directrices de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, que recomiendan a los no vacunados seguir llevando mascarilla en interiores o mantener distancia de seguridad, y deja en vigor medidas preventivas en lugares como escuelas, transporte público, centros médicos, refugios para personas sin hogar y prisiones.

600.000 muertos en EEUU

“Este es un momento trascendental. Podemos volver a la vida como la conocíamos”, ha dicho Cuomo al realizar el anuncio, que ha llegado el mismo día en que EEUU ha superado los 600.000 fallecidos por la pandemia según los datos de la Universidad John Hopkins.

 Otros 14 estados y el Distrito de Columbia han alcanzado la misma meta del 70% (Vermont lidera con el 84%) y la decisión del gobernador neoyorquino afecta a todo el estado, aunque en algunas partes, incluyendo en zonas de la ciudad de Nueva York, los números son peores. En la urbe el porcentaje de adultos con al menos una dosis del suero está en el 65% (54% cuando se incluye a menores de 18 años), y los barrios de el Bronx y Brooklyn tienen los números más bajos.