Si hay una palabra que definió la presidencia del republicano Donald Trump en la Casa Blanca fue la confrontación perpetua con Europa, tanto en las instituciones europeas como en la OTAN, que este lunes recibe por primera vez a Joe Biden en una cumbre de jefes de estado y de gobierno marcada por las amenazas de Rusia y China, el terrorismo, los ciberataques, el cambio climático y la necesidad de cambio y reformas para afrontar todos estos desafíos.

El estreno del presidente estadounidense en Bruselas llega en “un momento crucial” para la Alianza y la seguridad colectiva, según el secretario general Jens Stoltenberg. “Estamos en una época de competencia global y tenemos que responder a muchas amenazas y desafíos al mismo tiempo: Rusia y China empujando en contra de un orden internacional basado en reglas, la amenaza continuada del terrorismo, los sofisticados ciberataques, las tecnologías disruptivas y el cambio climático. Ningún país ni ningún continente puede hacer frente a estos desafíos solo”, ha avisado el máximo responsable del bando aliado que espera mucho del estreno en Bruselas del presidente estadounidense.

En primer lugar impulsar la agenda de reformas 2030 que permita a la Alianza reforzar su seguridad colectiva, aumentar la capacidad de reacción y su resiliencia así como el fortalecimiento de infraestucturas clave. Stoltenberg también espera que los países aliados acuerden mantener más consultas políticas, crear un acelerador de innovación, un centro para promover la cooperación en materia tecnológica así como un nuevo fondo de innovación que permita apoyar a empresas emergentes en el ámbito de la seguridad y defensa.

Hechos y no palabras

Estoy completamente seguro de que cuando nos reunamos el lunes, demostraremos el compromiso que existe con la Alianza no solo con palabras sino con hechos, a través de las decisiones sustantivas que tomaremos", ha indicado durante una conferencia de prensa previa. Lo que nadie espera del estreno de Biden en Bruselas es que se repita el choque vivido hace tres años con Trump, cuando aterrizó en la capital europea amenazando al resto de aliados si no aumentaban el gasto en defensa.

La postura de Estados Unidos en este terreno no ha cambiado y el mensaje sigue siendo el mismo. “Ha sido el mensaje de Estados Unidos durante años, que los líderes tienen que invertir más en defensa. Todos los aliados lo acordaron en 2014 y fue durante la Administración Obama/Biden”, ha recordado Stoltenberg. El tono, sin embargo, no es el mismo ni la evolución de las cifras. “Estamos en el buen camino, con siete años de incremento consecutivo en el gasto en defensa entre los aliados europeos y Canadá. Para finales de este año habrán sumado 260.000 millones de dólares al gasto en defensa desde 2014”, ha precisado el responsable de la OTAN sobre las nuevas cifras de gastos publicadas este viernes y la necesidad no solo de gastar más sino mejor para aumentar el efecto multiplicador..

España a la cola

Según las cifras de gasto actualizadas –a fecha de 2 de junio-, el gasto en defensa crecerá este año un 4,1%, por encima del 3,5% registrado el año pasado. Sin embargo, todavía seguirá por debajo del objetivo del 2% para el año 2024, un umbral al que solo llegan todavía 10 países: Grecia, Estados Unidos, Croacia, Reino Unido, Estonia, Letonia, Polonia, Lituania, Rumanía y Francia.

Según las estimaciones, España destinará en 2021 un 1,02% del PIB, el segundo país por detrás de Luxemburgo (0,57%) que menos gasto en defensa prevé realizar este año y un retroceso respecto al año pasado cuando destinó un 1,16%. En lo que sí cumplen la mayoría de los países es en destinar el 20% del gasto a equipamiento militar. Solo suspenden Bélgica, Canadá, Portugal y Eslovenia.