Amnistía Internacional ha retirado este martes el estatus de "preso político" a Alekséi Navalni, el principal líder de la oposición en Rusia. En un comunicado, la organización ha deplorado unas declaraciones realizadas en el pasado por el bloguero en tono nacionalista "que rozan la apología del odio y de las que no se ha retractado". Pese al varapalo, AI ha insistido que la única razón detrás del arresto del opositor a su regreso a Moscú desde Alemania es su crítica a las autoridades de su país, y ha mantenido la exigencia de su liberación y la consiguiente campaña de recogida de firmas.

"Muchos de los viejos vídeos y publicaciones en las redes sociales en los que Navalni ha realizado pronunciamientos controvertidos han reaparecido", reza el texto. "Debido a esta nueva información", AI "no puede considerarle preso de conciencia ya que en el pasado ha defendido la violencia y la discriminación". En el mismo mensaje, se admite que la renovada circulación de estos pronunciamientos pasados del activista "parece ser una nueva táctica para deslegitimizar el trabajo y la crítica de Navalni, y debilitar la indignación popular acerca de su detención".

Fuentes anónimas dentro de la organización citadas por el portal Mediazona han señalado que se habían recibido en los últimos tiempos en la sede de AI al menos dos requerimientos de reevaluar la figura de Navalni, en los cuales se incluía un hilo de twitter perteneciente a Katy Kazbek, una colaboradora de la cadena RT, con las controvertidas declaraciones realizadas entonces. Dicho comportamiento xenófobo le valió en aquellos tiempos la expulsión de Yábloko, el principal partido liberal. Sin embargo, figuras próximas a esta formación política, como Tatiana Vorozhéikina, profesora en la Universidad Libre de Moscú, han admitido recientemente que Navalni "había moderado sus posiciones" en los últimos años, convirtiéndose además en el único político ruso de entidad en pronunciarse a favor del matrimonio homosexual.

La decisión de AI ha generado numerosas críticas en las redes sociales. En los últimos años, Navalni ha logrado sacar de la marginalidad a la oposición rusa, logrando congregar a cientos de miles de personas en todo el país en cada ocasión en que convocaba actos de protesta. Muchos de los participantes en estas marchas se distanciaban personalmente del bloguero y de sus ideas políticas, y apoyaban su "lucha contra la corrupción".