Tras un primer mes en la Casa Blanca dedicado sobre todo a encarrilar las acciones de su Administración para lidiar con los mayores retos internos de Estados Unidos, dominados por la urgente lucha contra la crisis sanitaria y económica de la pandemia de coronavirus, Joe Biden ha vuelto este viernes el foco hacia la política exterior. Ha sido un día de reuniones y palabras pero también de acciones. Con unas y otras el demócrata ha confirmado su ruptura con la política aislacionista del 'América primero' de su predecesor y retoma, como prometió en campaña, el compromiso con el multilateralismo.

El discurso que ha ofrecido virtualmente desde la Casa Blanca en la Conferencia de Múnich ha aglutinado el mensaje de Biden ( "América ha vuelto") así como la promesa de rehabilitar las relaciones trasatlánticas que ha dicho "puestas a prueba y tensadas" por Donald Trump. La intervención le ha servido también para recorrer no solo la filosofía y la meta que va a guiar su diplomacia ("recuperar" para EEUU la "posición de liderazgo de confianza"), sino también algunas de las acciones clave de las últimas horas.

Irán

Una de esas acciones especialmente significativas llegó el jueves, cuando la Administración Biden abrió la puerta formalmente a reanudar el diálogo con Irán y este viernes el mandatario ha confirmado que su país está "preparado para volver a participar en negociaciones del P5+1 sobre el programa nuclear" de Teherán. Es toda una declaración de intenciones, hecha sin dejar de recordar a Irán que debe cumplir el acuerdo pero, también, un reto monumental.

De momento la oferta arranca con problemas. Este viernes el ministro de Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, ha insistido en la exigencia de que se levanten "todas las sanciones impuestas, reimpuestas o reetiquetadas por Trump" como condición indispensable para "revertir" lo que ellos definen como "medidas correctivas", que son incumplimientos del pacto como enriquecer uranio por encima del porcentaje permitido o sobrepasar el límite de almacenamiento de ese material. Y una nueva violación de los términos del acuerdo podría llegar si Teherán cumple su amenaza de restringir el acceso a los inspectores de la ONU a partir de la semana que viene .

Cambio climático

Otra de las acciones formalizadas por Biden este viernes, cuando ha participado virtualmente en su primera reunión del G-7 como presidente, ha sido el retorno al Acuerdo del Clima de París, anulando la salida que Trump puso en marcha en 2017 y que se había oficializado el pasado 4 de noviembre.

"El mundo no puede retrasar más o hacer el mínimo para lidiar con el cambio climático", ha dicho el demócrata, cuya Administración ha prometido también devolver el papel central de la ciencia no solo a sus políticas sino también a su diplomacia.

Rusia y China

Ha sido el discurso de Biden ante la Conferencia de Seguridad de Múnich donde con más detalle se han expuesto las líneas maestras de su política exterior. En él ha llamado a los europeos a prepararse junto a EEUU "para una competición estratégica de largo plazo con China". Y aunque sin dejar de usar palabras duras para denunciar "abusos económicos y coerción" del Gobierno de Pekín, su más contundente crítica ha sido para Rusia y para Vladímir Putin, de quien ha dicho "busca debilitar el proyecto europeo" y la alianza de la OTAN y "quiere minar la unidad transatlántica".

Igual que la semana pasada, tras la absolución de Trump en su segundo 'impeachment', Biden advertía a los estadounidenses sobre lo "frágil" de la democracia, este viernes ha extendido la advertencia de modo global. "En demasiados lugares, incluyendo en Europa y en EEUU, el progreso democrático está bajo ataque", ha declarado Biden, que ha hablado de "un punto de inflexión".