Ya se había comunicado de forma extraoficial, y solo restaba el anuncio gubernamental conjunto desde Washington y Moscú. EEUU y Rusia han prolongado este miércoles el tratado START III sobre la limitación de armas nucleares de largo alcance, todo un respiro a la confrontación geopolítica que mantienen ambos países en este comienzo de milenio y que a muchos ha hecho rememorar a la guerra fría del siglo XX.

"El presidente Biden prometió proteger al pueblo americano de amenazas nucleares restaurando el liderazgo estadounidense en el control de armas y en la no proliferación; hoy, EEUU dió el primer paso para cumplir esa promesa al extender el nuevo tratado START con la Federación Rusa durante cinco años", ha proclamado el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken.

Desde Moscú, un comunicado emitido por el Ministerio de Exteriores ruso ha informado haber intercambiado "con la embajada estadounidense en Moscú notas diplomáticas relativas a la finalización de los procedimientos necesarios para la entrada en vigor del acuerdo de extensión del Nuevo Start". "Este mecanismo clave para mantener la estabilidad estratégica queda preservado y su funcionamiento asegurado sobre una base estrictamente recíproca", ha valorado la diplomacia rusa.

Hasta febrero de 2026

El tratado estará en vigor hasta febrero de 2026, un periodo en el que ambas superpotencias nucleares deberán esforzarse en formular nuevos consensos sobre la definición de armas estratégicas o de largo alcance, habida cuenta de que los avances tecnológicos han dejado obsoletos la terminología tradicional en temas de desarme, acuñada durante el siglo pasado. Además, afrontarán el desafío de incluir a potencias emergentes en este ámbito, en particular China. "Es un acuerdo envejecido, heredero de un proceso iniciado en una era en la que solo existían dos superpotencias nucleares", ha valorado para El PERIÓDICO Mijaíl Jodarenok, comentarista habitual en los medios rusos sobre temas armamentísticos.

El pacto limita a 1150 el número de ojivas nucleares de que puede disponer cada país, y a 800 la cifra de lanzaderas de misiles intercontinentales desplegadas y no desplegadas, de lanzaderas instaladas en submarinos, y de bombardeos pesados equipados con armas atómicas. En marzo de 2017, durante una de sus más belicosas intervenciones, el presidente Putin anunció que su país había desarrollado un conjunto de armas nucleares de nueva generación que, según su valoración, eran capaces de superar cualquier escudo antimisiles que desplegara la Alianza Atlántica.