El Ejército de Birmania declaró este lunes el estado de emergencia y toma el control político del país durante un año tras detener a varios miembros del Gobierno y a la Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, informa el canal de televisión controlado por los militares.

El hasta ahora vicepresidente Myint Swe, que fue nombrado en el cargo por los militares gracias a los poderes que les reserva la actual Constitución, asume la presidencia; mientras que el jefe de las Fuerzas Armadas, Min Aung Hlaing, controlará a las autoridades, apuntó el canal Myawaddy News.

Suu Kyi ha llamado a la población birmana a protestar en las calles por la maniobra del ejército. "Las acciones de los militares están encaminadas a poner el país de nuevo bajo una dictadura. Ruego a la gente que no acepte esto y que se manifieste en contra de este golpe militar", ha señalado en un comunicado la Liga Nacional para la Democracia, la formación que lidera la política birmana.

La toma del poder castrense llega horas después de la detención de parte del Ejecutivo, entre ellos la líder de facto, la Consejera de Estado y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, y el hasta hoy presidente, Win Myint, además de políticos y activistas. "Hemos escuchado que Suu Kyi está detenida en Naypyidaw (la capital del país), suponemos que el ejército está organizando un golpe de Estado", dijo Myo Nyunt a la agencia AFP. Entre la treintena de detenidos se encuentran además activistas, escritores y artistas, según una lista extraoficial a la que tuvo acceso Efe.

Tras los comicios de noviembre, en los que el NLD (Liga Nacional para la Democracia, el partido de Suu Kyi) se hizo con la victoria, la oposición ha rechazado los resultados y altos cargos militares se habían pronunciado en contra de los mismos recientemente. Aunque el NLD obtuvo suficientes escaños en el Parlamento para formar un Gobierno, el Ejército ha pedido que se posponga la convocatoria del Legislativo, que tendría lugar este lunes. La Comisión Electoral ha negado el fraude electoral en los comicios de noviembre, ganados con una mayoría aplastante por la Liga Nacional para la Democracia al conseguir el 83 por ciento de los 476 asientos del Legislativo.

Vínculos entre oposición y militares

Los soldados también han acudido a las casas de los ministros principales en otras regiones y se los han llevado, tal y como apuntan sus familiares. Asimismo, el ejército se ha apoderado del ayuntamiento de Rangún. Cinco camiones militares se desplegaron en el recinto del ayuntamiento y los soldados hacían retroceder a las personas en la entrada, según un periodista de AFP.

En los últimos días se había elevado la preocupación ante las declaraciones del jefe de las Fuerzas Armadas, Min Aung Hlaing, que llegó a afirmar que la Carta Magna podría ser "revocada", dejando entrever la posibilidad de un golpe de Estado militar. El Ejército cuenta con el 25 por ciento de los escaños en el Parlamento, según la Constitución.

A pesar de las acusaciones de la oposición de fraude electoral, la comisión electoral las ha rechazado y ha asegurado que los resultados no han estado marcados por irregularidades. Según los mismos, el partido de Suu Kyi habría obtenido una mayoría aplastante en el Parlamento y podría mantenerse en el poder en solitario, sin necesidad de otros apoyos.

Las quejas de la oposición están encabezadas por el Partido Unión Solidaridad y Desarrollo (USDP), que a su vez mantiene vínculos con el Ejército, aunque por el momento no ha presentado pruebas de las supuestas irregularidades.

La aplastante victoria electoral de Suu Kyi demostró su gran popularidad en Birmania, a pesar de su mala reputación internacional por las políticas contra la minoría rohinyá, a la que gran parte se le niega la ciudadanía y el voto, entre otros derechos.

Estados Unidos pide la liberación de los detenidos

El USDP fue el gran perdedor de las elecciones, al lograr solo 33 escaños, y se ha negado a aceptar los resultados, llegando a pedir que se celebren nuevos comicios organizados por el Ejército. Los militares, que redactaron la actual Constitución en un plan de ruta para lograr una "democracia disciplinada", contaban ya con grandes poderes en el país, al disponer del 25 por ciento de los escaños del Parlamento y de los influyentes ministerios del Interior, Fronteras y Defensa.

Por su parte, Estados Unidos instó el domingo a los militares birmanos a liberar a los dirigentes detenidos y amenazó con una respuesta de Washington. "Estados Unidos se opone a cualquier intento de alterar el resultado de las recientes elecciones o impedir la transición democrática en Birmania, y tomaremos acciones contra los responsables si esas medidas no se revierten", dijo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki en un comunicado.

Por su parte, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó "firmemente" el domingo los arrestos. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas debería reunirse en los próximos días para discutir la situación en el país, dijo un diplomático a AFP.

"El Secretario General condena firmemente la detención" de Aung San Suu Kyi, el presidente U Win Myint y otros dirigentes políticos poco antes de que el Parlamento resultante de las últimas legislativas iniciara su primera sesión, prevista este mismo lunes, dijo su portavoz Stephane Dujarric en un comunicado. Los arrestos de la dirigencia política y "la declaración de transferencia de todos los poderes legislativos, ejecutivos y judiciales a los militares (...) representan un duro golpe a las reformas democráticas en Birmania", añadió Guterres.

"Las elecciones generales del 8 de noviembre de 2020 confieren un mandato fuerte a la Liga Nacional para la Democracia (LND), reflejando la voluntad clara del pueblo birmano de continuar sobre el camino duramente conseguido de la reforma democrática", dijo. Otros países con influencia en la región, como India, Indonesia, Singapur y Australia también se han sumado a las condenas internacionales.