Estaba llamada a ser la última demostración de fuerza del trumpismo antes de que Donald Trump abandone la Casa Blanca y, como ha sucedido durante la presidencia del republicano, está dejando momentos extraordinarios. Cientos de manifestantes han irrumpido este miércoles en el Capitolio de Estados Unidos, donde las dos cámaras del Congreso están reunidas para certificar la victoria de Joe Biden en noviembre. El allanamiento se ha producido después de que una multitud tomara las escaleras del edificio sin apenas oposición policial, lo que ha provocado el cierre de emergencia del edificio. Apenas una hora antes, el presidente se había dirigido a la multitud para insistir en su teoría del robo, pidiendo veladamente a sus seguidores que ajustaran cuentas con los artífices del desacreditado pucherazo.

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La imagen insólita del Capitolio ocupado obligó a suspender la sesión conjunta de las dos cámaras del Congreso. Las autoridades cerraron las puertas del hemiciclo y evacuaron al vicepresidente Mike Pence para garantizar su seguridad. Hasta entonces la concentración de las decenas de miles de personas que han tomado el centro de Washington para protestar contra el infundado fraude electoral bajo el eslogan ‘Salvemos América’ había transcurrido sin incidentes. Pero entre la multitud el enfado, la frustración y la zozobra era palpable. Imperaba en muchos la sensación de que sin Trump en el poder EEUU perderá sus libertades, dará la espalda a Dios, quedará a expensas de una élite corrupta y se convertirá en un régimen totalitario.

“Tenemos que luchar para frenar el robo electoral, está en juego nuestra libertad”, decía Lisa Verdonik, una oficial de la Marina retirada. “Si la izquierda trata de convertirnos en una dictadura comunista, esto podría acabar en una revolución. Rezo para que no suceda porque tengo miedo”. Entre los asistentes había miembros de milicias paramilitares y grupos de extrema derecha como los Proud Boys, que fueron los primeros en marchar hasta el Capitolio para protestar por la reciente detención de su líder. Todos ellos comparten la hostilidad hacia el Gobierno y una clase política que consideran corrupta, uno de las percepciones que Trump ha alimentado insistentemente estos años.

Tras la irrupción en el Capitolio, la alcaldesa demócrata de Washington, Muriel Bowser decretó el toque de queda en la ciudad a partir de las 18.00 horas. “No voy armado porque no queremos crear problemas innecesarios”, decía ‘Ardilla’, un miembro de la milicia de Texas que condujo 24 horas desde su estado para asistir a la manifestación. Vestido con traje de camuflaje, chaleco táctico y con un puñal en el cinto, aseguró que la clase política está destrozando las libertades consagradas en la Constitución. “Estamos hartos de los políticos que no representan al pueblo y son incapaces de cooperar por el bien del país”, decía Ardilla.

Herida de bala

Al menos una persona fue herida de bala en el asalto, según confirmaron los servicios de emergencia a varios medios estadounidenses. Según fuentes consultadas por la CNN, una mujer se encuentra en estado crítico tras haber sido herida de bala en el pecho al inicio de la entrada por la fuerza de los manifestantes al Capitolio, en Washington. Imágenes de MSNBC mostraron a una mujer siendo trasladada en camilla con una fuerte hemorragia después de que en el Congreso se escucharan gritos de "se han producido disparos". No está claro quién fue el responsable de los disparos que hirieron a la mujer.

Los seguidores del presidente Donald Trump irrumpieron en el pleno de la Cámara Baja estadounidense, que había sido evacuada, y protagonizaron un enfrentamiento con los agentes de seguridad del Capitolio, que desenfundaron sus armas. Los manifestantes rompieron ventanas y abrieron puertas a la fuerza hasta superar a la Policía del Capitolio, que asegura las instalaciones del Legislativo. Las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos en la escalinata del edificio, pero decenas de personas consiguieron entrar a los salones de plenos de la Cámara de Representantes y del Senado mientras los legisladores eran evacuados de emergenci

Al tiempo que se producía el asalto, Trump tuiteó: "Pido a todos los que están en el Capitolio que se mantengan pacíficos ¡Sin violencia! Somos el partido de la ley y el orden. Respeten la ley y a nuestros hombres y mujeres (policía) en Azul". Tras alrededor de una hora de caos, centenares de manifestantes que se habían concentrado alrededor del vetusto edificio de mármol del Capitolio comenzaron a abandonar lentamente la zona de origen de las tensiones. No obstante, todo el Distrito de Columbia se situará en toque de queda y se han activado varias unidades de reservistas de la Guardia Nacional y fuerzas de seguridad federales para garantizar la seguridad.