Una mayoría de estadounidenses ha acabado con el mandato de Donald Trump y le ha colgado una etiqueta que detesta: perdedor. Sin ir más lejos, en redes sociales como Twitter aparece su cuenta cuando los usuarios buscan la palabra loser (perdedor, en inglés), algo que seguro no hace mucha gracia al magnate republicano que amenaza sin pruebas- con luchar en los tribunales.

Numerosos tuits, además, llevan el hashtag #Loser, convertido en trending topic en las últimas horas, y esa misma palabra acompañando una imagen de Trump con aspecto gruñón ha circulado en un camión por todo el país, una iniciativa que también se viralizó en las últimas 48 horas.

La red social del pajarito azul creada por Jack Dorsey en el 2006 ha sido una de las pocas que ha conseguido contrarrestar el tsunami de bulos y desinformación sobre el fraude electoral en estas elecciones lanzando mensajes de advertencia como "alguna parte o todo el contenido en este tuit ha sido objetado y pude ser engañoso de cómo participar en una elección u otro proceso cívico" cada vez que la cuenta @realDonadTrump (o afines) compartían un tuit de esas características.

Esta postura proactiva por parte de Twitter no le hizo ninguna gracia al presidente saliente, que aseguró que la red social estaba "fuera de control" y siguió erre que erre con su estrategia en redes. En Facebook e Instagram, Trump ha tenido vía libre para compartir todo tipo de informaciones, como adjudicarse la victoria en algunos estados sin esperar a que acabase el recuento de votos, y acusaciones, como cuando deslegitimó la votación, si bien las dos plataformas propiedad de Mark Zuckerberg han incluido advertencias al pie de cada una de las publicaciones.