Una amoladora es una herramienta eléctrica y manual que cuenta con un motor eléctrico de alta potencia que se usa principalmente para labores de bricolaje tanto en el ámbito doméstico como industrial. Inventada en 1954, cuenta con un disco que gira a revoluciones muy altas y que, entre otras labores, puede servir para serrar una puerta. Eso es lo que hicieron tres hombres encapuchados en la madrugada del 26 de enero del 2019 para robar una puerta trasera de una sala de conciertos de París, que ahora, informa AFP, ha sido recuperada en Italia tras una investigación compleja. No era una puerta cualquiera: en ella estaba impresa una obra del artista británico Banksy. No era una sala de conciertos cualquiera.

El teatro Bataclan está situado en el número 50 del boulevard, fue erigido en 1864 y se convirtió en escenario habitual de vodeviles. En 1892, allí actuó Buffallo Bill. El teatro se convirtió un símbolo por ser uno de los escenarios de los ataques terroristas que París sufrió el 13 de noviembre del 2015. Esa noche actuaba en la sala el grupo 'Eagles of death metal' cuando, a las 21.30, cuatro hombres armados con fusiles kalashnikov entraron, gritaron que actuaban en venganza por la guerra de Siria y empezaron a disparar a los asistentes. Murieron 89 personas. Del interior salían mensajes en twitter que advertían de que los terroristas estaban ejecutando al público. Tres de los atacantes murieron al hacer estallar los chalecos explosivos que llevaban y el cuarto fue abatido por la policía.

LA NIÑA ROBADA

En homenaje a las víctimas y en recuerdo de lo sucedido, el artista británico Banksy dejó su obra en la puerta trasera aludida. Se conoce como La niña triste, The sad young girl. En enero del 2019, bastaron unos minutos y la amoladora para que los tres ladrones se llevaran la obra. Las imágenes de videovigilancia no permitieron ver la matrícula de la furgoneta Citröen que emplearon los sustractores. La policía se tomó el caso con especial inquietud: algunos de los agentes habían estado en el teatro la noche del ataque terrorista. Era una investigación importante para ellos, declara a AFP una fuente cercana a la investigación.

Aunque no se pudo ver la matrícula, se logró identificar los teléfonos de los ladrones, que fueron intervenidos. Un año después, la policía detuvo a tres sospechosos de robar en una tienda de bricolaje en Isère, en el este de Francia, unos días antes de que fuera sustraída la puerta del Bataclan, la puerta de Banksy. En la tienda de bricolaje habían robado una amoladora.

HOTELERO CON INQUIETUDES

Las escuchas telefónicas permitieron identificar a los tres hombres como responsables de la desaparición de La niña triste y la policía descubrió que la puerta fue llevada de París a Isère, luego más al sur, todavía en Francia, y después a Italia: la guardaron en un hotel en la localidad de Tortoreto, en la región de Abruzos, y de allí la trasladaron a una granja en SantOmero, a 15 kilómetros. Y cuando la policía se disponía a detener a todos los implicados, la operación se tuvo que aplazar porque llegó el confinamiento dictado a causa de la crisis del coronavirus.

Cuando ya había vuelto a salir a la calle, una operación conjunta en la que participaron agentes franceses e italianos permitió recuperar la puerta el 19 de junio. Un total de nueve personas fueron detenidas. Dos fueron acusadas por robo con banda organizada y cuatro más, por encubrimiento. Entre estas últimas, el dueño del hotel que albergó la puerta en primera instancia, pese a que arguyó que no sabía qué contenía el paquete que le entregó uno de los ladrones. Se llama Mehdi Meftah, tiene 39 años, físico de boxeador y es el creador de una marca de camisetas de lujo llamadas BL1.D, cuya particularidad es que tienen cosido en el cuello un verdadero lingote de oro de 18 quilates. La policía lo considera sospechoso de haber ordenado el robo.

"Sus cómplices dicen que quería guardar la puerta para una de sus casas", explica una fuente conocedora de la investigación, que subraya que la puerta es un tipo de obra "muy difícil de revender". "Es como revender la Gioconda", sostiene, en declaraciones al 'Journal du Dimanche', el abogado de Meftah, Yves Sauvayre, que niega que su cliente sea el autor intelectual del robo: "Lo colocaron ante un hecho consumado. Aceptó esta puerta para ayudar a viejos conocidos ". La puerta ha vuelto a París y se encuentra bajo fuerte vigilancia en las oficinas de la policía judicial parisina.